viernes, 6 de junio de 2008

Renuncia 1er. Vicepresidente Nacional de la JDC. - Un gran amigo, Carlos Saavedra Martinez.

Mi retiro del Partido formal Demócrata Cristiano de Chile, para continuar luchando efectivamente por los valores y principios del social cristianismo y del humanismo cristiano
Santiago de Chile, Mayo de 2008

“ Los representantes del pueblo, no pueden ejercer la autoridad vicaría de la cual están adornados, sino como personas humanas y como agentes libres, cuya conciencia personal esta comprometida con el ejercicio de su misión… no son meros instrumentos de una voluntad general mítica. Son los efectivos gobernantes del pueblo. Deben tomar las decisiones conforme a los dictados de su conciencia, a las leyes de las ética política, al juicio de su virtud de prudencia política, y conforme a lo que ven como exigencia del bien común”.

Jacques Maritain, en la carta democrática.

Confirmando los mas profundos valores de la filosofía social cristiana, el sentido de justicia social, libertad y solidaridad, y después de una profunda reflexión ética y moral acerca de que demanda Chile en sus jóvenes para dar el salto al desarrollo y construir bajo los pilares expresados una verdadera democracia participativa y republicana fundada en la transparencia, la equidad, el respeto a la diversidad y el medio ambiente, que la economía efectivamente esté al servicio del hombre y no al revés, que sea una sociedad de oportunidades y no de amenazas, donde nuestros cuerpos intermedios sí sean el vehiculo entre sus ciudadanos y el Estado, donde realmente se plasme el tipo de sociedad que la mayoría de los chilenos y en especial los jóvenes anhelamos, he resuelto: Poner fin a mí activa militancia al Partido Demócrata Cristiano de más de 9 años, en quien creí y serví a la causa social cristiana desde las esferas universitarias y de dirigente juvenil.

Lo hago desde una convicción básica que debe mover a los cristianos en política; “los principios”, es decir la búsquela permanente del bien común y la ayuda a los más débiles. Aquello hoy no lo representa el actual PDC, principalmente por la ceguera política en que la actual cúpula partidaria ha obrado, privilegiando el entendimiento y la formula de homogenización de los partidos de la concertación, que en los hechos actúa como tal, privilegiando la pérdida de identidad de los democratacristianos frente a una coalición desgastada y en estado términal, que, evidentemente busca permanecer en el poder para seguir manteniendo la administración de un modelo económico y social que acomoda solo a algunos y excluye a miles, y por cierto, los acomodos burocráticos del cual gozan muchos “destacados” y muy pocos incansables dirigentes de base de toda una vida.

Este no es el partido de nuestros padres fundadores, no es el partido de Frei, Leighton, Palma o Tomic entre otros, la democracia cristiana se nublo con el poder gobiernista, se alejó de las personas, dejo de ser popular, se mimetizó con el relativismo económico, moral y filosófico, el cual por cierto a varios dirigentes cupulares les ha venido muy bien en cuanto a su bienestar.

Esperaba un cambio, esperaba una rectificación del rumbo, el V congreso PDC dio una luz de esperanza, la militancia activa se pronunció, y lo hizo al clamor de estos sentimientos, nada se ha cumplido, juzguen ustedes mismos.

La sociedad chilena no es la misma de hace 40 años, la democracia cristiana la interpreto muy bien hasta principios de la década de los noventa, pero luego los cantos de sirena de aferrarse al poder, de ganar posiciones personales de privilegio, hicieron que se dejara de observar el cambio de nuestro Chile, y las consecuencias están a la vista: una profunda desigualdad social y económica, una atroz concentración del capital, un Estado cada vez mas impotente y complacido de ver como las distorsiones del mercado penetran en lo mas intrínsico del ser humano, su dignidad, que se ve avallasada en las diversas políticas públicas llevadas adelante o colaboradas por muchos democratacristianos que, teniendo la oportunidad de aplicar correcciones y llevar adelante la construcción de la sociedad de hombres y mujeres libres, han puesto verdaderos candados a la justicia social, al emprendimiento y la diversidad política de opiniones, amparados en una eficaz camisa de fuerza como lo es el sistema electoral vigente.

Hoy el PDC es un partido político incapaz de caminar de la mano de los cambios sufridos por nuestro país. Su lenguaje místico y aquel discurso protector de la clase media, hoy no llega al común de los ciudadanos y esto principalmente por que el PDC ya no defiende esos valores y ha preferido acomodarse a un modelo económico, político y social heredado de la dictadura.

Mi persona, al igual que cientos de jóvenes que ingresamos al PDC, fuimos motivados por sus logros, por la esperanza que transmitía el partido, por sus valores y principios. Quisimos ser parte de un partido que permitía el dialogo y la diferencia interna. Pero todo eso quedo atrás, una manera de hacer política comenzó a gestarse y tras ella un alejamiento de la ciudadanía y sus problemas y demandas.

Por todo lo anterior dejo lo que fue mi “hogar político”, porque siento que el instrumento PDC se agotó, se agotó por culpa de una cúpula que prefiere mirar hacia su asiento y no hacia el del más débil. Por más que se “quiera” aparentar rectificar hoy, Chile y su gente ya tienen opinión formada.

Pero no se agotan los valores, no se agota la esperanza, no se agotan los principios, porque la sociedad evoluciona, las necesidades se tornan más complejas, pero la ética no cambia, el anhelo de justicia social, solidaridad y libertad no cambia. Los acuerdos del V congreso ideológico seguirán motivando mi actuar en lo público, no dejo de ser humanista cristiano, sino por el contrario dedicare mi esfuerzo a seguir sirviendo a Chile y su Republica, de la mano de cientos de seguidores de estos ideales, para ofrecerle a Chile un verdadero proyecto democratacristiano así, despojado de posiciones de privilegio y acomodo podemos ofrecerle a Chile un verdadero ordenamiento social, político, cultural y económico para los hijos de esta hermosa franja de tierra.

Finalmente deseo agradecer a todos y cada uno de los jóvenes militantes del PDC que confiaron en mi persona y me dieron el honor de integrar diversas instancias juveniles, y que sienten que todavía se puede construir bajo el instrumento PDC, para ellos un gran abrazo y mucha, pero mucha energía en sus convicciones. Seguiremos por cierto siendo muy buenos amigos.

Para los jóvenes, hombres y mujeres que sienten el ardiente llamado a seguir profesando y practicando de verdad la esencia humanista cristiana, que desean ver reflejados en la realidad los acuerdos del V Congreso del Partido Demócrata Cristiano y que aspiran a ser parte de una práctica política fraterna y transparente, los llamo muy humildemente a reflexionar y buscarnos mutuamente, porque Chile nos une y nos necesita. Los invito a incorporarse al Movimiento Social Cristiano, cuyo objetivo fundacional es volver a reencontrarnos con los principios y valores de la Falange Nacional y los que dieron vida a la Declaración de Principios del Partido Demócrata Cristiano de 1957. Allí hay un lugar para todos quienes deseen practicar una política fraterna, comunitaria y honesta”.

Elson Andrés Bórquez Yáñez
1° Vicepresidente Nacional
Juventud Demócrata Cristiana

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