sábado, 19 de julio de 2008

ORDEN DE PARTIDO - Santiago Robles.

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Cada vez se escucha mas lo que en principio fue sólo un rumor: “la Concertación está preparando los ánimos para hacer modificaciones a la Ley Orgánica de Partidos Políticos, ley N° 18.603 “. Hasta 1973, existía la Orden de Partido en la legislación chilena. En 1987, esta ley fue cambiada por el general Pinochet, y prohibe las “Ordenes de Partido”. Y así existe en este momento. El proyecto de modificación de esta ley, que valida nuevamente la “Orden de Partido”, ya está en el Parlamento.

Quizás no se le haya dado importancia a este hecho, en este momento, en que la lucha por los candidatos a concejales en cada partido político es lo principal. Sin embargo, nadie nos asegura que pasados los efectos electoreros, este tema vuelva a la palestra en forma urgente, y sea aprobado tal como lo quieren las directivas de cada partido de la Concertación.

¿En qué consiste este voto por “Orden de Partido”?. Muy fácil, en resumen consiste en que las directivas de los partidos políticos, estén constituidas por parlamentarios o no, se junten entre gallos y medianoche y acuerden que cada parlamentario de su partido, deba votar en el parlamento, obligatoriamente, de acuerdo a la orden que ellos les den. El no cumplimiento de esta orden, acarrea las penas del infierno al parlamentario que no la obedezca. Específicamente recordemos el caso Zaldívar en la DC, quien se negó a obedecer esta “Orden de Partido”, en el caso del traspaso de 290. millones de dólares al Transantiago.

¿De donde viene la idea genial de modificar la Ley de Partidos Políticos e introducir nuevamente la “Orden de Partido” en la legislación chilena? Con seguridad que viene del Circo Magno (o circo de los Tachuelas), que tuvo que montar la senadora Alvear y su directiva DC, para poder traspasar 290 millones de dólares al fracasado Plan Transantiago, los que se hicieron “sal y agua” hace mucho tiempo. Ahí vimos cómo en el Parlamento los senadores Frei y Navarro, que tanta choreza mostraron en contra del traspaso durante el debate de esta iniciativa, arrugaron al momento de votar, y votaron a favor de esta inyección de dólares. En cambio el senador Zaldívar, fiel a lo que sostuvo desde el inicio de la discusión, votó en contra de este traspaso al Transantiago. ¿Y porqué no lo pudieron obligar a votar a favor? Porque la ley de los Partidos Políticos actual, sencillamente lo prohibe. Todos sabemos ya cual fue el destino del senador Zaldívar al votar en contra de este traspaso de dólares. A las finales, por éste y otros motivos inventados por la senadora Alvear, el senador Zaldívar fue expulsado del PDC. Hoy todo el mundo político tiene claro que éste ha sido el peor error político cometido por la senadora Alvear y su directiva. Para que no vuelva a ocurrir este hecho, y no se vuelva a montar otro circo similar, se someterá a discusión y votación en el parlamento, el voto por “Orden de Partido”.

¿Cuál ha sido la posición de la DC frente a esta “Orden de Partido”?. El ex Presidente Eduardo Frei Montalva, en su discurso al Congreso en 1970, refiriéndose a la “Orden de Partido”, la que rechazaba, dijo: “las directivas de partidos políticos, muchas veces de composición anónima, a las que no se puede exigir responsabilidad alguna, predominan sobre la voluntad de los hombres que han recibido un mandato público a través de la elección popular”. Aquí el presidente Frei denunció el peligro cívico que enfrenta la democracia, cuando los parlamentarios son obligados a votar con “Orden de Partido”. Y añade que “los parlamentarios son elegidos por el pueblo, y tienen la obligación de representarlos”. Sin embargo, las directivas de partidos políticos, se arrogan derechos que nadie les ha dado, y tienden a desconocer la voluntad popular, transformándose en una verdadera fronda feudalista, ordenando a sus parlamentarios actuar de acuerdo a lo que ellos les ordenan y no de acuerdo a lo que desean los votantes que los eligieron. Resulta innegable que este cambio en la postura de la DC, obedece mas a problemas internos en este partido, que a una decisión basada en un planteamiento ético doctrinario. Otros argumentos, para impulsar esta modificación, son sólo chivas. La Orden de Partido, vulnera la esencia misma de la representación popular, es un combo en la guata a la democracia.

La antítesis a esta “Orden de Partido”, es el “voto en conciencia” Al momento de votar en el parlamento, los parlamentarios votan de acuerdo a lo que les dicta su conciencia, pensando mas en el deseo de sus electores, que en lo que les ordenan sus directivas. Nuevamente, tenemos el ejemplo del senador Zaldívar, quien, en el caso del traspaso al Transantiago, “votó en conciencia”, en contra del traspaso de dólares, no aceptando la presión de nadie.

Veamos cómo se extiende a los ciudadanos comunes y corrientes esta “Orden de Partido”. Esto se ve en las elecciones populares de concejales y parlamentarios. Es común en los partidos tanto socialistas como comunistas, que en las filas para la votación, se escuche esta frase: “hay que votar por el compañero, o compañera fulana de tal”. Esa es la orden, y la cumplen en forma disciplinada. Así tenemos que hay concejales y parlamentarios que nadie sabe de donde salieron, ni tampoco qué es lo que hacen. En la DC, por lo menos hasta el año pasado en que me retiré, prácticamente eso no existía, y ahora hay vientos de cambio. En la Alianza, no sé. Total, ellos hacían lo que les decía Pinochet. No está Pinochet y, a lo mejor, andan a la deriva.

En el caso personal de cada votante en las elecciones populares, debe existir el “voto en conciencia”. En la caseta instalada para la votación, sólo Dios y mi conciencia, son los que deben dirigir mi mano para escoger al candidato por el que voy a votar. Esto es democracia pura. La orden emanada de las directivas de partidos políticos, es autoritarismo, quizás disfrazado, pero autoritarismo al fin y al cabo.

POR SANTIAGO ROBLES VALENCIA
Gentileza: CEspinozaJ.
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