jueves, 10 de julio de 2008

Carlos Saavedra Martínez: ¿Qué hacemos con la Píldora?


La realidad en nuestro país apunta que hay 40 mil embarazos de jóvenes adolescentes al año, que no es una cifra menor, de ahí la importancia de aclarar la entrega de la anticoncepción de emergencia. Por Carlos Saavedra Martínez

Entendamos que las píldoras son medicamentos que se toman en dosis especiales dentro de los primeros cinco días o 120 horas después de una relación sexual no protegida para prevenir un embarazo.

Estos compuestos pueden impedir o retrasar la liberación del óvulo y afectar el transporte de los espermatozoides, interfiriendo en la fecundación.

Un antecedente importante por distintas investigaciones realizadas, es el hecho de que no está demostrado que con la utilización de esta píldora vayan a disminuir los embarazos no deseados, ni tampoco el aborto, entre las adolescentes. The British Medical Journal (BMJ) es una revista médica publicada semanalmente en el Reino Unido por la Asociación Médica Británica(BMA), y realizó un interesante trabajo, en donde se concluye que la utilización de la píldora del día después "no reduce los embarazos de adolescentes, ni tampoco el número de abortos: incluso favorece un aumento de los mismos".

Otro dato a considerar es que la Organización Mundial de la Salud estableció que no son abortivos, ni afectan un embarazo ya iniciado.

También hay que destacar el punto de vista cristiano; La Conferencia Episcopal publicó un documento titulado "¿Hacia donde va Chile?", en el que plantea que las Normas Nacionales sobre Regulación de la Fertilidad recuerdan a "políticas públicas fijadas en regímenes totalitarios que pretendían desde el Estado regular la vida íntima de las personas en función de criterios autoritarios, no consensuados, y reñidos con el respeto a la dignidad de la persona humana".

Más allá de las variados puntos de vista, el tema de fondo en mi opinión es canalizar algún tipo de organización sin fines de lucro, que oriente a nuestros jóvenes en conjunto con sus padres. El solo hecho de velar por la educación de nuestros hijos, nos permitirá no vulnerar los derechos propios de nuestra juventud.

Este no es un tema ideológico, todo lo contrario es familiar, cuidemos el núcleo familiar.

Por Carlos Saavedra Martínez
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