martes, 1 de julio de 2008

MARIA TERESA CORTES: CONCILIAR FE Y POLÍTICA.


Concebir la política desde su perspectiva ética resulta fundamental en esta época. Pensarla como la disposición a trabajar por una sociedad usando y administrando el poder para el beneficio común, ejecutando acciones movilizados por el amor al prójimo, resulta ser para los cristianos de especial interés pues se transforma en una herramienta maravillosa para servir a los demás.

Desde este punto de vista, no se necesita una nueva forma de hacer política en Chile, más bien se requiere que los políticos que se dicen cristianos concilien la fe que profesan con la política para que entonces, vuelvan a surgir los líderes que naturalmente están llamados a conducir este proceso hermoso no exento de dificultades.

Un político que se dice cristiano no busca el poder en beneficio propio o de un grupo reducido. Un político que se dice cristiano busca el bien común.

Un político que se dice cristiano no promueve un sistema económico que beneficie a unos pocos.

Un político que se dice cristiano busca la equidad económica, social y cultural.

Un político que se dice cristiano lucha por la dignidad de las personas.

Un político que se dice cristiano no se enriquece de la noche a la mañana traficando información o influencias.

Un político que se dice cristiano respeta a las minorías.

Un político que se dice cristiano no acepta que en su país existan esclavos asalariados.

Un político que se dice cristiano ama la vida en todas sus formas.

Un político que se dice cristiano no le quita espacios a otro líder más joven que él. Todo lo contrario, se convierte en su maestro, lo potencia y lo ayuda a crecer, a afianzar sus convicciones.

Un político que se dice cristiano no se acuerda de sus electores sólo cuando se acerca el periodo eleccionario. Está constantemente pendiente de ellos, de sus problemas y de sus dudas. Porque lo que le importa son las personas.

Un político que se dice cristiano promueve una sociedad de conocimiento, de tolerancia y de solidaridad.

Un político que se dice cristiano, promueve el fortalecimiento de la familia y de las comunidades.

Un político que se dice cristiano escucha a su prójimo.

Un político que se dice cristiano no acepta las mentiras, promueve la verdad.

Un político que se dice cristiano no se presta para abusos de poder.

Un político que se dice cristiano denuncia lo injusto y promueve la justicia.

Un político que se dice cristiano no se aisla de la realidad, por el contrario, se involucra más que nunca con ella.

La política es una esperanza de crecimiento y desarrollo para un país como el nuestro. Un político que se dice cristiano no juega con la esperanza de 15 millones de personas, no se queda en silencio frente a lo que no acepta su conciencia.

A la gente se le pide que vuelva a creer en la política. Yo les pido a los políticos que vuelvan a creer en ellos mismos, en su opción y en sus capacidades.

Por Maria Teresa Cortes - Instituto Jorge Ahumada - Movimiento Social Cristiano adelante.
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