miércoles, 24 de junio de 2009

Carómetro.

"La cara de Eduardo Frei es bastante impenetrable, pero se notaba especialmente relajada después de la CEP...El rostro de Enríquez-Ominami se notó, en cambio, contrariado. Curioso, pues los resultados para él fueron extraordinariamente buenos...El rostro de Sebastián Piñera la verdad es que se desfiguró con la CEP". (El Mercurio. Chile)

"..., lo mejor para juzgar el resultado de la encuesta CEP es ver qué caras ganaron en sosiego y aplomo, y cuáles se volvieron más tensas y agitadas. Hagamos el ejercicio.

La cara más serena después de la CEP fue la de la Presidenta Bachelet. No era para menos. Ella alcanza el récord histórico de popularidad de un Presidente de la República...

La cara de Eduardo Frei es bastante impenetrable, pero se notaba especialmente relajada después de la CEP. Los resultados ciertamente fueron buenos. Frei se acerca a Sebastián Piñera en todos los frentes. Pero, sobre todo, la CEP eliminó un fantasma perturbador, al revelar que la distancia de Frei con Marco Enríquez-Ominami es casi cuatro veces mayor que la distancia con Piñera en la intención de voto -y más de 11 veces cuando se pregunta quién cree que va a ser Presidente-. La solidez del apoyo a la Presidenta Bachelet y su gobierno debe haber sido otra fuente de tranquilidad, pues, a la larga, algo de aquél se transferirá a la candidatura oficialista.

El rostro de Enríquez-Ominami se notó, en cambio, contrariado. Curioso, pues los resultados para él fueron extraordinariamente buenos. Superar largamente los dos dígitos, arrastrando adherentes de la Concertación y de la Alianza en apenas dos meses de campaña, es un logro notable. ¿Por qué, entonces, esa decepción en su cara? En parte, porque se había hecho expectativas totalmente desmesuradas, que lo condujeron a gestos altaneros, como pedir a Frei que no se bajara después de la CEP, o que la Presidenta lo apoyara en la segunda vuelta. Y, en parte, porque se confirma que tiene una baja tolerancia a la frustración.

El rostro de Sebastián Piñera la verdad es que se desfiguró con la CEP. No pudo controlarse. Llegó al punto de ir esa noche al canal de su propiedad, con una sonrisa pegada en la cara como estampilla, a explicar él mismo lo ocurrido: por qué no es grave bajar en las preferencias; por qué no es preocupante quedar empatado con Frei en segunda vuelta; por qué no importa caer en atributos de carácter (como sinceridad, confianza o capacidad de unir al país), que son claves en la elección de un Presidente; por qué es irrelevante que se evapore la noción de que él será el próximo Presidente, o por qué carece de relevancia constatar que los adherentes de Enríquez-Ominami se inclinan mayoritariamente hacia Frei en una segunda vuelta...".

Por Eugenio Tironi - Extracto del artículo publicado por el diario El Mercurio.

Fuente: Infolatam.
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