miércoles, 14 de enero de 2009

¿CÍRCULO VIRTUOSO O VERANITO DE SAN JUAN?

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La Democracia Cristiana termina uno de sus peores años desde su fundación como falange, a fines de la década de los treinta del siglo pasado.

Fieras disputas internas, expulsión de liderazgos y destrucción de otros, desastrosos resultados lectorales, pérdida de alcaldes y concejales, y la proyección de la imagen de un partido en decadencia y con la urgente necesidad de renovarse o morir.

Y sin embargo, hoy la DC parece vivir una etapa de tranquilidad e intensa concentración en el trabajo de darle soporte político a nuestro camarada Eduardo Frei R-T, en su empeño por liderar a la Concertación en las próximas presidenciales.

Tenemos una directiva que sin estridencias, hace lo que tiene que hacer y bien. Lo virtuoso es que la lideran camaradas que no se están jugando protagonismo alguno, luego de casi siete años en que el partido fue dirigido por figuras con legítimas ambiciones presidenciales.

Tendremos un año en que nos concentraremos en revitalizar a la DC en lo orgánico, lo programático, y en enfrentar con serena astucia la difícil negociación de los cupos parlamentarios y la posterior campaña.

En relación a la candidatura presidencial de Frei, al parecer está va a tener un sello autónomo que implique una mayor renovación de rostros e ideas, con una amplia convocatoria a independientes y relevantes figuras sociales y comunitarias, y dejando que la DC tenga un protagonismo menor en ella. Ojo, se trata que la figura de Frei logré no solo reencantar a la Concertación sino que a muchos fuera de ella y del envejecido padrón electoral.

Eso también es virtuoso, pues el partido podrá volcar sus esfuerzos en defender su espacio parlamentario, teniendo el tiempo y la serenidad para escoger un número suficiente de candidatos que tengan reales posibilidades, y evitar que nuestros socios nos impongan un tres a uno, o un cuatro a uno, si incluimos al PC en el pacto electoral.

La posibilidad cierta de que nuevos votantes ingresen masivamente al padrón electoral implica un desafío para la DC, pues nos da la posibilidad de salir a mostrar ideas y rostros atractivos para los jóvenes y nuevos votantes. Ello refuerza el círculo virtuoso.

La única cosa que podrá convertir este círculo virtuoso en solo un veranito de San Juan es la conducta de nuestros nuevos obamas, nuestros queridos príncipes.

Yo tengo buena impresión de ellos, de Undurraga, Orrego y en especial, de Jorge Burgos. Son un activo invaluable del partido y la Concertación. Son liderazgos que como Marcelo Trivelli, debemos cuidarlos y protegerlos de nuestras tendencias fraticidas.

Pero han tenido una estrategia interna equivocada. Manejaron mal sus tiempos, pues no era la hora de hacer de inmediato el cambio generacional. Pudieron haber liderado pero les faltó capacidad de integración.

Cuando eso no ocurrió, Nuestros príncipes no supieron integrarse con generosidad, la misma que durante casi dos décadas se ha tenido con ellos, llevándolos a dirigir ministerios, cancillerías, subsecretarias, alcaldías, diputaciones, Intendencias y gobernaciones, jefaturas de gabinetes ministeriales, Jefaturas de servicios, asesorías dentro y fuera del país, becas de todo tipo, doctorados y maestrías, etc..

Hoy se les va a demandar mucho, pues los talentos que se les dieron deberán ser devueltos con creces. Confió en que sabrán estar a la altura, con madurez, generosidad y liderazgo.

Debemos, príncipes y machucas, democratacristianos todos, fortalecer este círculo virtuoso, con un espíritu común de unidad, integración, generosidad, pues la tarea es enorme y no sobra nadie.

Por David Herrera
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