sábado, 25 de abril de 2009

La dignidad de la Política - Necesitamos una “Repolitizacion.”

Es indiscutible que la política se hace presente en toda nuestra vida “Todo es político, aunque lo político no lo es todo”, que los problemas sociales no pueden resolverse debidamente limitándonos al ámbito individual, y que la política puede cumplir una función en beneficio de la sociedad considerada como un todo. El pluralismo de las ideas políticas, conlleva generalmente un debate, una confrontación de ideas que es necesaria para la gobernabilidad democrática. En ese escenario construimos el país, avanzamos en derechos y generamos espacios de participación reales.

La confianza en la política, en los partidos y en las instituciones llamadas democráticas, en el último tiempo ha disminuido, por lo general es baja en sociedades como la nuestra. La crisis de la política suele expresarse en la ruptura que existe entre los problemas que la ciudadanía reclama resolver (pobreza, inequidad, violencia, alto costo de la vida ,etc) y la capacidad que aquella, la política, tiene para enfrentarlos.

Una práctica que puede ayudarnos a encontrar el camino de la dignificacion de la política, es la comunicación de la verdad, luchando por la justicia, promoviendo el bien común, defendiendo los derechos humanos de los pobres y de la clase media, fiel reflejo de valores y principios que encarnó Don Bernardo Leigthon y el Cardenal Raúl Silva Henríquez.

La política es un servicio, una vocación, que si bien, tiene poder político, existe en función de una sociedad y no por si mismo. Su fuente es la sociedad, pero la sociedad considerada en su totalidad, no en función de unas partes y menos, si esa parte es minoritaria, hegemónica y excluyente .Cuando el poder se usa para potenciar el poder para todos, tenemos un poder que sirve a la sociedad en lugar de servirse de la sociedad.

La política pragmática afirma que todo tiene un precio: el candidato, el diputado, el partido, el voto, el proyecto de ley o la ley, las promesas electorales, el conocimiento, la voluntad. Por este camino hemos llegado al divorcio de la ética con la política y, consecuentemente, a considerar la política como un fin, y las personas (ciudadanos) como medios.

Para los humanistas cristianos, debe ser un desafío el transformar la política en un servicio humanizador, para ello debemos poner en práctica la “Repolitizacion”, es decir el ejercicio de la política como servicio y recobrar, entre la ciudadanía, el protagonismo en las decisiones que construyen vida social, y encargarse de la realidad política transformándola. Debemos ser los agentes de cambio social, sembradores de esperanzas en cada una de las comunidades que nos toque representar, para ello debemos saber escuchar, dialogar permanentemente, sensibles a las señales que nos da el día a día, la cotidianeidad y sobre todo dar garantías de credibilidad. Lo anterior se construye con vocación de servicio publico, compromiso con las personas y cumpliendo los acuerdos con la ciudadanía. La política es una actividad al servicio de los demás.

Marta Canto Castro. Lic. en Ciencias Políticas y Administrativas. Administrador Público. Secretario Ejecutivo Instituto Jorge Ahumada.
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