Pasadas las primarias, el entorno freísta debe abocarse a la urgente tarea de armar las estructuras del comando.
Tras la proclamación de Eduardo Frei como candidato único de la Concertación, son muchas las tareas que están pendientes para el conglomerado de gobierno, con vistas a la disputa presidencial.
La principal, ordenar las filas, para ser coherentes con el principal atributo estratégico que se pretende destacar en la campaña que se inicia: La Concertación es certeza de presente y futuro.
Refuerza esa lógica la decisión del presidente del PS, senador Camilo Escalona, de ofrecer disculpas públicas a su par del PRSD, José Antonio Gómez, tras el intercambio de "ditirambos y coprolalias" del domingo pasado.
Resultaba impresentable para la imagen del conglomerado que la campaña partiera con una fractura "originada en diferencias de poca monta".
Por eso, Escalona señala en su misiva que dio el paso, "en beneficio de la unidad de nuestra coalición y con el propósito de concentrarnos en la campaña presidencial del senador Eduardo Frei y derrotar en diciembre al candidato de la derecha".
Así, se acabó el round. Las relaciones ya están descongeladas y la reunión de presidentes de partidos de la Concertación de mañana será con asistencia completa e, incluso, saludos plenos.
Ya cumpliendo con el diseño mismo de la línea estratégica, las bancadas de diputados de los partidos oficialistas visitaron al candidato en su oficina del Senado.
El miércoles, los jefes de bancada del Partido Radical, del Partido por la Democracia, del Partido Socialista y del Partido Demócrata Cristiano se turnaron para elogiar al postulante presidencial y dar la primera muestra de "la fortaleza unitaria de la Concertación".
Especial interés cobraron las palabras del representante del PRSD, diputado Marcos Espinosa, quien afirmó: "Los radicales, honrando nuestro compromiso, estamos recibiendo al candidato único de la Concertación y obviamente apoyando lo que va a ser la futura campaña presidencial, que no nos cabe la menor duda va a estar coronada por el éxito, por la fuerza que tiene la Concertación".
Y aquí un paréntesis. En el PRSD están conscientes de que deben caminar con "pies de plomo" para capitalizar el resultado de la primaria. A juicio de sus dirigentes, el "éxito" de Gómez debe refrendarse con un rol muy importante y visible de éste en la campaña presidencial y, como consecuencia de aquello, en una presencia "razonablemente mejorada" en la próxima plantilla parlamentaria.
Por el momento, y en la voz de su secretario general, el PRSD ofrece un "apoyo categórico" y "con su mejor gente" a la campaña de Frei, "porque hay condiciones inmejorables para que él pueda obtener la presidencia".
Todo indica que se avecina una negociación de plantillas parlamentarias más ardua y compleja que de costumbre. Porque al escenario interno se debe agregar el acuerdo que se intenta conseguir con el Partido Comunista y sus aliados.
Activar la Concertación
Fiel a su estilo, el candidato resumió en breves palabras la mirada del momento político que encabeza: "Lo importante es que soy el candidato único de la Concertación y a mí me han elegido para ganar en diciembre".
Plantado desde allí, entregó dos pistas fundamentales para el trabajo inmediato de sus equipos: "No voy a tener comando porque no estamos en guerra. Ni voy a tener generalísimo, porque éste es un acto electoral, cívico y democrático".
La segunda clave: "Los alcaldes van a conducir la campaña en aquellas comunas donde tenemos alcaldes de la Concertación. En los distritos, los diputados. Y en la circunscripción, los senadores. Esto lo digo desde ya, porque tengo confianza en lo que hemos hecho, en lo que trabajamos, en la raigambre que tiene cada uno. Por lo tanto les agradezco y, al mismo tiempo, los nomino mis representantes, para que encabecen la campaña en los próximos meses".
No son menores estas definiciones.
Quienes están cerca del candidato afirman que aquí no hay sólo retórica, sino un firme propósito de activar la estructura de la Concertación, como base del trabajo territorial. El punto es: ¿existe aún esa organización o habrá que crearla?
Además, se debe avanzar en las tareas programáticas, hasta ahora radicadas en los Océanos Azules. Existe plena conciencia que esos grupos de trabajo deben ampliarse y multiplicar la presencia de representantes de la formalidad partidaria. Y aquí hay un punto delicado. Es un secreto a voces que la relación entre los encargados de Océanos Azules y los de la campaña no ha sido suficientemente fluida. Más bien, se trata de dos realidades que han flotado en esferas separadas y que se observan con escasa simpatía.
Tampoco es tranquilo y fecundo el vínculo del entorno freísta con los partidos, especialmente con la DC. Todos los involucrados saben que eso debe mejorar de manera urgente y sustantiva. Pero, "sotto voce", se reconoce la necesidad de un mayor esfuerzo conjunto en este sentido.
Por lo menos, ya existe un domicilio conocido. La sede santiaguina del candidato concertacionista está ubicada en Bilbao 1159, cerca de Miguel Claro. Un barrio de tradición freísta, ya que se encuentra a pocas calles del Museo y la Fundación Eduardo Frei Montalva. Se estima que en un plazo máximo de dos semanas el local (en realidad son dos casas contiguas) quedará habilitado para recibir a sus ocupantes. Entre ellos una persona cuya figura es y será clave en el andamiaje de la candidatura: Belisario Velasco.
Actor clave
Quienes estuvieron cerca del comando de Frei en la primaria aseguran que el rol de Velasco fue principalísimo. Cualquier tema de alta complejidad se resolvía en conversaciones privadas entre el candidato y el ex ministro del Interior. Incluso, se atreven a señalar: "Hoy por hoy no hay nadie, excepto la Martita, más cercano e influyente en Frei que Belisario".
Velasco siempre ha navegado con más comodidad en las tareas de organización. Su fuerte está en el diseño logístico y la construcción de equipos. "Toda la vida ha sido muy estructurado. Y, en el tiempo que fue subsecretario del Interior, incorporó como nadie el manejo de la información", afirma un colaborador.
Ese largo tiempo en el gobierno (mandatos de Aylwin, Frei y Bachelet) y siempre en Interior, le ha dado un conocimiento profundo de la geografía nacional. Ha recorrido el país varias veces y tiene infinitos contactos, hasta en los lugares más recónditos y alejados.
Su cercanía política con Eduardo Frei Ruiz-Tagle data de finales de los ’80. Belisario fue uno de los primeros en apoyar la opción presidencial del entonces novel aspirante, que "no tenía más aval que su nombre". Esa pertinaz adhesión concluyó por sellar un acuerdo que aparece "indestructible". El áspero enfrentamiento interno de la DC concluyó con la nominación de Patricio Aylwin como candidato presidencial del partido, luego ratificado por toda la Concertación de Partidos por la Democracia. A pesar de su clara condición pro Frei, Velasco fue el encargado territorial de esa campaña. Desde entonces, no ha estado ausente en ningún comando central del conglomerado oficialista.
Los atributos que todos reconocen a Velasco en las tareas organizativas se revitalizan a la hora del debate político y la siempre compleja elaboración de acuerdo programáticos.
En ese terreno, el ex ministro tiende a perder la paciencia, no a alterarse, y prefiere delegar aquellas funciones. Dicho en chileno, "Belisario se termina aburriendo en los debates interminables y muchas veces elípticos que son clásicos en las eternas negociaciones políticas".
Por de pronto, el candidato ha encargado a Belisario el diseño y organización de la estructura de campaña.
Y la encomienda es más que compleja.
Ya se vio el marco que el propio Frei estableció con la lógica territorial (alcaldes, diputados, senadores). A ese diseño se debe agregar capacidad ejecutiva y coordinación, cuestión muy complicada si se considera que la mayoría de los parlamentarios estará en funciones electorales propias.
Seguramente se deberá establecer un equipo de tareas que "haga la pega" y extienda la plataforma, para que todos los candidatos encuentren espacio. Porque el diseño planteado por Frei "tiene mucho sentido político, pero requiere aterrizaje concreto", señalan en su entorno.
"La Concertación debe mostrar su cara diversa, con liderazgos arraigados en cada comuna, distrito o circunscripción, pero eso supone mucha pega que no se ve y sin figuración para quienes la hacen", concluyen.
Luego, el "no" comando debe reflejar la institucionalidad partidaria de la coalición. Es decir, tendrá que existir un comité ejecutivo compuesto por los presidentes de los partidos. Y será imposible que éste no sea replicado a nivel regional con la misma nomenclatura. Tampoco podrán estar ausentes las comisiones técnicas, también nacionales y regionales. Y los grupos de apoyo del mundo de la cultura y de jóvenes y de trabajadores.
Todo lo anterior supone una negociación fina, delicada.
Ésta es una elección de alto riesgo, que no permite fuga de activos. Las encuestas auguran una contienda reñida que, casi seguramente, se resolverá en segunda vuelta. Por lo tanto, desde la mirada de los expertos, cualquier resta por pequeña que sea, "puede resultar letal".
Los partidos deben sentir que su representación es adecuada e importante. Los candidatos a parlamentarios tiene que "contar" con su candidato para la batalla distrital. Y, por último, el comando debe ser una máquina aceitada y prolija que no cometa errores.
Por Felipe Pozo - La Nación.
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