jueves, 23 de abril de 2009

“Cuando hay fiscalización el sector privado se aprieta los bolsillos”.

Gabriel Silber y las diferencias de precios en clínicas particulares.

Es probable que en el discurso del 21 de mayo se anuncien medidas para transparentar los precios de los costos en los centros de salud privados. Al menos esas son las expectativas del diputado DC, quien rechaza la falta de estudios periódicos por parte de la autoridad, ya que el tema saltó a la palestra a raíz de un informe de la prensa.


Atenderse en una clínica depende de cada paciente. Lo que no está en manos de los usuarios son los precios que se deben pagar en cada centro asistencial por los exámenes que necesite, y que según un informe de El Mercurio pueden variar en más de un 200 por ciento entre un lugar y otro.

La defensa de las clínicas apunta a la libertad de cada uno de comprar una Coca Cola en un almacén, un supermercado o un hotel de lujo. Eso sí, guardando las proporciones.

Justificación que para el miembro de la Comisión de Salud de la Cámara, Gabriel Silber, puede ser válida a la hora de elegir los servicios de hotelería o de especialistas médicos de una clínica, pero que no en el caso de los exámenes o los medicamentos, que tienen costos fijos.

Por eso, respalda los anuncios gubernamentales que apuntan a transparentar los costos en los servicios de salud privados, y la necesidad de seguir desarrollando acciones de fiscalización.

Además, señala que en regiones tienen otro problema, ya que en algunas ocasiones sólo hay un "solo prestador monopólico" de determinados servicios o exámenes médicos, lo que redunda en "nulas posibilidades de elegir".Para el diputado, en este caso lo que falta es una política más agresiva de fomento de subsidio o créditos blandos para adquirir equipos de alta complejidad.

En conversación con El Mostrador.cl, el falangista se refiere a la necesidad de tomar medidas para que, según explica, se logren cambios que obliguen a los privados a "apretarse los bolsillos".

-La defensa de la Asociación de Clínicas es que las diferencias de precios son el reflejo de que el mercado funciona, aunque aseguran estar dispuestos a mayor transparencia ¿cómo interpreta esta postura?

- Una cosa es la hotelería de una clínica o la elección de un médico que puede ser mejor en el área, pero otra son los servicios cuyos costos son fijos, como los exámenes, o los aranceles de insumos como gasas y guantes, o los medicamentos, que deberían costar lo mismo en los servicios públicos y privados.

Por eso queremos entregar a la Superintendencia de Salud facultades legales para entregar la información sobre los aranceles en lo que se refiere a exámenes médicos.

-Hoy no tienen esas facultades...

-Ahora estamos en el peor de los mundos: conocemos poco de los aranceles completos que compra cada clínica. Para darte un ejemplo: muchas veces la farmacia de un lugar es sustancialmente más cara que otras farmacias.

Y si te operas conoces la facturación final mucho tiempo después y los aranceles son muy distintos a lo presupuestado. Entonces, sería bueno que te digan cuánto salen estos medicamentos en su farmacia, y que se tenga la opción de poder comprarlos directamente a otro proveedor.

-¿Los anuncios realizados por el Gobierno van en la línea sólo de transparentar los precios?

-No podemos regularlos, pero sí mostrarlos. La idea es que la Superintendencia genere aranceles de referencia. Aunque algunos pensamos que debería ser como el interés máximo legal obligado de los bancos, para determinar aranceles o prestaciones tipo, y que así conozcamos cual es el máximo que se puede cobrar.

-¿De qué forma influiría la transparencia de precios?

-Podemos tomar como ejemplo el tema de las Isapres. Hoy gracias a la labor que se realizó por la enorme alza de los planes el 2008 el promedio de aumento de este año fue sólo de 3,8 por ciento.

En ese momento hubo reacción, los amenazamos con impulsar una comisión investigadora y hubo una fuerte intervención por parte de la Superintendencia de Salud. Cuando hay fiscalización el sector privado también regula el mercado y se aprieta los bolsillos. Pero como en este caso estamos en una zona gris, sin fiscalización ni publicación de aranceles, se actúa en un descampado.

Por eso es fundamental que la Super pueda publicar aranceles y estándares técnicos en que debieran promediar los precios.

-¿Esperan anuncios al respecto para el discurso del 21 de mayo?

-Estamos expectantes que esta iniciativa se plasme en el discurso del 21 de mayo.

-El tema saltó a la palestra por un estudio independiente de la prensa ¿Considera que falta mayor proactividad de parte de las instituciones sanitarias para ver estos temas?

-Absolutamente. El propio Sernac publica estudios similares de vez en cuando pero los consumidores necesitan publicaciones regulares. Y es fundamental que se hagan estudios comparativos por parte de la autoridad sanitaria o la Superintendencia del área.

-¿Se ha conversado al respecto?

-La Superintendencia se comprometió a generar equipos de trabajo para informar a los consumidores para que elijan informados.

Del sector público al privado

-Si se toma en cuenta que el sistema público deriva pacientes al sistema privado, estaríamos ante el pago de prestaciones que pueden ser altísimas.

-Eso está muy relacionado con la deuda hospitalaria. Si tomas en cuenta el compromiso del plan de 90 días -que buscaba reducir las listas de espera de cirugías y consultas con especialistas- la cantidad de prestaciones fue altísima. En todo caso, según nos explicó el ministro Álvaro Erazo estas adquisiciones se hacen vía convenio de cada servicio de Salud, no es el mismo precio de los pacientes directos.

-¿Y cuáles son esos precios?

-El efecto comparativo no lo tengo, sólo los montos globales que se gastaron en compras a terceros. Pero es un tema que sería interesante preguntar.

Por Claudia Urquieta Ch. – El Mostrador.
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