
Pero estoy seguro que Claudio querría que lo recordáramos con alegría, quienes tuvimos el privilegio de ser sus amigos también testimoniamos hoy al Huepe gozador, al amante y agradecido de la vida, a aquel de la critica cariñosa y la mano extendida. No olvidaremos nunca a quien, siempre con una sonrisa en el rostro, quiso a Chile con toda su alma y el corazón.
Claudio fue decisivo en la formación de toda una generación política, no solo al interior de la DC, sino para todos aquellos jóvenes que lucharon por tener un país libre, justo y solidario. Nos abandona quien nos enseño a luchar, pero también a reír, y los que tantas veces vimos a Huepe llorar por la partida de sus amigos y camaradas, hoy – pese a lo que quizás seria su deseo- lloramos con pena la suya.
Jorge Navarrete.
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