viernes, 8 de mayo de 2009

Fontaine en la previa de la encuesta CEP .

En esta entrevista, el director ejecutivo del CEP entra de lleno a la coyuntura: analiza a Piñera y Frei, desmenuzando con agudeza los caracteres de los principales contendores de la presidencial. Sostiene que esta elección se definirá por las personalidades, no por las ideas. Alaba el fideicomiso del empresario, aunque cree que debería haber vendido Chilevisión. Habla de su relación con Bachelet -"siempre le tuve fe"- y con Lagos. Cree que la crisis conllevará una discusión sobre los fundamentos del capitalismo. Éstos son los aprontes de Arturo Fontaine sobre Chile en un año de crisis y antes de que se conozca una de las encuestas que marcan el barómetro político en el país.

Hay tres cosas que preocupan por estos días al director ejecutivo del CEP, Arturo Fontaine: terminar las correcciones de su tercera novela -que espera lanzar en abril de 2010-; afinar los detalles para la encuesta que ese centro de estudios aplicará en los próximos días y dará a conocer en junio; y preparar la charla que el director de Departamento de Economía del MIT, Ricardo Caballero, realizará en el think tank el viernes 29 de mayo.

Estas tres inquietudes tal vez reflejen de modo más acertado las "almas" que conviven en las modernas oficinas situadas en la casona de Monseñor Sótero Sanz. Un edificio de tres pisos de estilo afrancesado -por fuera- y en cuyo interior prima la modernidad y la funcionalidad.
La remodelación realizada por el arquitecto Óscar Bustamante hace que la luz natural entre rotundamente en todos los espacios del CEP. Una novedosa fuente de agua aísla a los investigadores que tienen oficinas ahí. El amplio auditorio fabricado en maderas nobles y una biblioteca de gran categoría le dan un toque de universidad extranjera.

Porque en el CEP se funden un cierto culto a la cultura de libre mercado que permeó los 80; el decidido apoyo por la modernización y la democracia que primó en los 90; y la apertura a lo diverso, que marcan la tónica en esta década.

En este think tank de corte liberal se respira una mezcla de poder, alta cultura y tecnocracia. Tal vez por ello, Fontaine -que afina los detalles de su novela junto a su agente literaria, la mítica Carmen Balcells- no tiene problemas en discutir sobre cuánto marca determinado personaje en la encuesta CEP; luego citar a Maquiavelo o entrar al detalle de la crisis económica.

Éstas son las predicciones, apuestas e inquietudes de uno de los intelectuales más informados de Chile.

-Esta semana estuvo marcada por la decisión de Sebastián Piñera de transferir la administración de su participación en 36 empresas a cuatro corredoras. ¿Qué le pareció esta decisión?
-Es un paso adelante enorme y trascendental. Algo que, por ejemplo, Italia no hizo en el caso de Berlusconi. Por eso me atrevo a decir: "¡Grande, Piñera!". Esto debe generalizarse y la idea del fideicomiso o algo equivalente debiera existir no sólo para personas de la fortuna de Piñera, sino que para todo diputado o senador de fortuna mínima. Porque una persona que tiene US$ 1 millón, igualmente tiene conflictos de interés, tan vivos e intensos como el que posee US$ 20 millones. Por ello el proyecto del gobierno tiene que modificarse drásticamente.

-¿Echó de menos una definición más tajante para el caso de Chilevisión?
-Si Piñera es electo presidente, debería desprenderse de Chilevisión, porque la televisión es un sector regulado, de alta importancia política y donde pueden surgir conflictos de interés. Por ejemplo, en el caso de la definición de la norma para TV digital y también en el del proyecto que establece una nueva normativa para TVN. Son temas en los cuales el dueño de un canal de televisión está inhibido para tomar decisiones y se trata, además, de definiciones que le tocarán al próximo presidente. Si él es electo, deberá pronunciarse sobre el estatuto que regula a su competencia. Ni más ni menos.

-¿Habría un conflicto de interés?
-Sí, hay potencialmente conflicto de interés. Él debería desprenderse del canal de la misma manera como lo está haciendo con LAN. Además, como el proyecto de fideicomiso del gobierno incluye el tema, éste será un asunto políticamente sensible y, probablemente, reventará en el momento menos conveniente para Piñera. Él tendrá que pronunciarse y explicar por qué no lo hizo antes. Entonces, tanto por temas de fondo como por cuestiones políticas, habría sido más sabio incorporar Chilevisión al paquete que le entregó a Celfin para vender si es que es electo. No hay que olvidarse que el Presidente de la República nombra al presidente del directorio de TVN y además propone los nombres del resto del directorio al Senado. Por ello, es saludable anticiparse y sacarse esto del camino.

-¿A qué atribuye esto de mantenerse en la propiedad de un medio de comunicación que ni siquiera es uno de sus mejores negocios?
- Creo que él tiene interés en influir a través de un medio de comunicación. Cuestión que me parece legítima, pero que conlleva un riesgo.

Frei y Piñera frente a frente

- El equipo de Eduardo Frei ha enviado señales de que su estrategia será polarizar la campaña en términos de mensajes y situarse desde la izquierda para captar esa votación. Todo en medio de un escenario de cuestionamientos al modelo capitalista ¿Dónde ve el eje de esta elección presidencial?
-La elección presidencial se definirá mucho en función del carácter de las personas que postulan. Pienso que ésta será una elección más bien cargada al "me gusta o no me gusta esta persona". Indudablemente existe una inmensa mayoría que ya tiene una postura tomada. Pero hay un grupo bastante pequeño -que decide la elección- que es oscilante. En ese segmento pesará mucho la personalidad del candidato: si sintoniza o no con sus características personales. La elección no estará muy marcada por las ideas o contenidos.

-En política se dice que es clave el momentum: la persona adecuada para el tiempo que se vive, ¿Frei y Piñera son los adecuados para este momento, donde hace nata la incertidumbre?
-Pienso que sí. Frei está demostrando bastante sagacidad política. Bueno… yo siempre pensé que la tenía, pero la está demostrando en los hechos. Sobre todo, está exhibiendo una gran capacidad de convocatoria, y ha reunido a un grupo de colaboradores de gran calidad. A veces, un jefe se mide más bien por esto: porque logra incorporar al servicio público a personas de calidad y les da un margen de libertad. Eso es atractivo y puede ser un gran plus si llegara a ser elegido presidente.

-¿Y en cuanto a Piñera?
-Piñera tiene virtudes que van más en la dirección del liderazgo, ser un agente de cambio y de su enorme conocimiento de los problemas de Chile. La gente que conforme el gobierno de Piñera trabajará mucho, serán notablemente exigidos… (risas).

-¿Quién es mejor percibido hoy: un ex presidente que ya tuvo la experiencia o alguien nuevo como Piñera?
-Maquiavelo dice que cuando la gente vota en una República no sabe mucho sobre los temas que manejan los que los dirigen, no puede juzgar sus conocimientos ni su inteligencia. Lo que sí puede juzgar es el carácter y en eso, dice Maquiavelo, el pueblo es muy sabio, más sabio que los sabios. Una Presidencia no es sólo tener buenos proyectos de ley o buenas ideas; se trata, más bien, de estilos, biografías y de capacidad para formar equipos y liderarlos.

-¿Qué importa más entonces? ¿Ser capaz de formar equipos o ser un ejecutor de proyectos?
-Cada uno tiene lo suyo. Piñera tiene una inteligencia penetrante, por lo que puede tomar decisiones rápidas y correctas. Da la impresión de que no le importa mucho que lo quieran, sino más bien que lo admiren. Para él, lo más relevante es ser el primero en todo lo que emprende. Tiene humor, es veloz y a veces puede ser cáustico. No conoce el rencor y es una persona generosa. Frei es todo lo contrario: no es veloz, no es cáustico, no es una persona que produzca esa impresión de vibración y tensión que produce Piñera. Eso sí, es una persona que tiene capacidad de convocatoria. Tiene una inteligencia callada que le ha permitido dejar en el camino, mal que mal, a Lagos, Insulza y a Soledad Alvear. Su capacidad de moverse en las aguas de la política está probada.

-¿Cómo ve los perfiles de ambos en relación a la crisis, uno de los grandes leit motiv de esta campaña?
-En el caso de Frei, su principal mérito es que da la sensación de tranquilidad y eso otorga confianza a la gente. No es una persona de la que se esperen grandes sorpresas. No representa una amenaza y eso es un plus en las actuales circunstancias. Su problema puede ser que este momento requiere creatividad y originalidad. ¿Será capaz de hacerlo? Mi impresión es que dependerá de la capacidad de los equipos que forme. En cuanto a Piñera, una de sus mayores virtudes es que posee una enorme capacidad para tomar decisiones. Para analizar una situación a fondo, rápido y tomar un curso de acción. Eso, en un momento de crisis, es una virtud importante. Déjame decir algo: es raro que un hombre del talento, la formación y la capacidad de Piñera llegue a estar en la posición en la que está. En Estados Unidos nunca, me parece, se ha escogido a un doctor de Harvard como presidente. O sea, estamos hablando de alguien que en sus comienzos pudo haberse quedado en la academia, después entra al mundo de los negocios y hace una fortuna, luego es senador y se mete en política con el éxito que hemos visto. Eso no es usual.

-Pero le cuesta delegar. ¿Qué complicaciones puede acarrearle eso?
-A Sebastián le cuesta delegar. Es un hecho. Por ello tiene tensiones a la hora de armar instancias de participación en su campaña. La imagen que refleja con esto es que tiende a confiar más en sí mismo que en los demás, lo que no deja de ser un problema a la hora de conformar equipos de trabajo.

-Usted conoce a Lagos, Bachelet y también a Piñera ¿sería un cambio de liderazgo y de impronta relevante si él llegase a La Moneda?
-Desde luego, porque Sebastián funciona a una velocidad mental única. Es muy difícil encontrar a alguien que piense y hable a esa velocidad. Es un ritmo que puede llegar a ser novedoso en el servicio público.

-¿Sería un estilo de liderazgo más parecido al de Lagos que al de Bachelet?
-Diría que está más en la línea de Lagos. Ahora, también es cierto que Sebastián es menos intelectual que Lagos. Piñera es más un ejecutor, lo que no quiere decir que no tenga una enorme capacidad teórica. Pero su temperamento es el de un hombre de acción.

-¿Le hubiese gustado una definición Lagos-Piñera?
- ¡¡Ah!!! (con entusiasmo), eso habría sido muy interesante... Sobre todo, porque Lagos tiene un sentido más histórico de las cosas, es un estadista tradicional. Sebastián es un hombre que viene de la mesa de dinero. Por lo mismo está acostumbrado a que todo lo importante se hace rápido.

-¿La elección Piñera-Frei será ajustada?
-Sí, será estrecha. Los dos candidatos llegarán muy ajustados y está completamente abierta la posibilidad de una segunda vuelta.

-El CEP incluyó a Marco Enríquez-Ominami en la encuesta de los presidenciables que darán a conocer en junio. ¿Qué opina de su irrupción?
- Marco tiene estilo y eso importa en la vida, lo hace singular. Es un tipo afectuoso y naturalmente simpático. Diría que tiene temperamento de artista más que de político. Ve la política con ojos cinematográficos. La siente como un espectáculo que se despliega en un escenario que son los medios de comunicación. Allí hay un riesgo: el populismo, el chavismo, la retórica de balcón, o lo que Hegel llamaba "la prosa de la vida". Lo salva su sentido del humor, su ingenio.

- ¿A quién le resta votos?
- Yo diría que por su osadía y atrevimiento es capaz de atraer a los que se aburren de la política.

- Su candidatura, ¿favorece más a la Alianza o a la Concertación?
- Diría que a Piñera, porque dirige su retórica más filuda para pegarle a la cúpula concertacionista.

Fe en Bachelet

-El CEP tuvo una relación pública y notoria con el ex presidente Lagos. Con Michelle Bachelet es distinto: ella sólo ha venido una vez a este edificio siendo jefa de Estado. ¿A qué se debe la diferencia?
-La relación que tuvimos con la administración Lagos estuvo muy marcado por su estilo. Él había venido bastante al CEP: teníamos una relación antigua por decirlo de alguna forma. Por su manera de ser estaba interesado en los estudios y por eso nos visitó varias veces, de hecho más veces de las que se conoce públicamente. También vino a encuentros sin empresarios, sólo con técnicos. Con eso quiero decir que el estilo del presidente Lagos era para nosotros un dato y nosotros nos adaptamos a él. Respecto a las citas más publicitadas, con ministros y empresarios, abrieron la puerta para que nuestros técnicos trabajaran después con los técnicos del gobierno en distintos proyectos. Fue una relación fructífera y la reforma del Estado y el Sistema de Alta Dirección Pública son ejemplos de esto. Además, era un momento histórico. Era la primera vez que un socialista era elegido después de Allende. Existían enormes suspicacias y temores en el sector empresarial. Había un puente que tender y que cruzar. Era necesario hacerlo.

-En concreto, ¿perdió o no este think tank influencia en la administración Bachelet?
-Desde el punto de vista de almuerzos vistosos, con empresarios famosos, claro que han sido muchos menos. Pero la verdad es que eso no se repondría ni aunque Lagos fuera electo de nuevo presidente, porque correspondió a un momento histórico en el que los empresarios tenían prejuicios y los políticos sentían distancia. Ahora, si me preguntan, desde el punto de vista de las políticas públicas, la influencia hoy sigue siendo igual o mayor.

-¿O sea que la distancia que se percibe entre el CEP y Bachelet no es real?
-Yo le tengo un enorme afecto y aprecio a la presidenta. De hecho, hay una relación personal con ella. De manera que nunca estuve más cerca del presidente Lagos de lo que he estado de la presidenta Bachelet. Lo mismo con el ministro Velasco, con quien mantenemos una relación cercana desde mucho antes de que fuera secretario de Estado.

- Pero su cercanía es más bien personal que institucional.
-Sí. Y aunque ella o sus ministros hayan priorizado los contactos a nivel técnico, hemos tenido intercambios muy fluidos y significativos. Y no sólo en las comisiones -a las cuales se han sumado varios investigadores del CEP- sino que en un montón de otras cosas donde hemos trabajado codo a codo.

-¿Conoció a la presidenta Bachelet en este período o antes?
- Antes. De hecho, ella ya había venido al CEP antes de ser mandataria.

-¿Lo sorprendió su salto en las encuestas y su estilo de gestión?
- No. Siempre creí en ella. Siempre le tuve fe, incluso cuando marcaba cerca del 30%, y una serie de oportunistas de la Concertación se arreglaron los bigotes y decidieron lanzarse por fuera. Creo que todos ellos se equivocaron y que Camilo Escalona acertó plenamente y su conducción en este punto demostró ser la correcta. Él se mantuvo leal al gobierno cuando era costoso y ahora obtendrá los beneficios.

-¿De dónde provenía su "fe" en Bachelet?
- Porque la conocía. Ella es inteligente. Lo que pasa es que su inteligencia es distinta a la de Lagos, menos lucida si se quiere. Posee una enorme capacidad de captar qué quiere la otra persona y eso es muy valioso en un político. Además es cuidadosa en sus decisiones. Y desconfiada. A la hora de las decisiones fundamentales, ha sabido tomarlas en la dirección socialdemócrata que ella iba a seguir.

- ¿En qué sentido?
-Jamás pensé que optaría por una línea populista, como jamás creí que sería abiertamente proempresa. Ella siguió su propio camino.

-¿Qué efecto tuvo en la relación CEP-Bachelet los desencuentros públicos entre el ex ministro del Trabajo Osvaldo Andrade y el presidente del CEP, Eliodoro Matte, por los conflictos con los subcontratistas?
-Nunca he escuchado a Matte hacer un comentario sobre Andrade, ni siquiera en una conversación de pasillo.

-Pero algo habrán repercutido las denominadas "dos almas" de la Concertación, evidentes en este gobierno.
-A mí lo que me preocupa -y aquí hablo a título personal- y me parece esencial para la estabilidad político-democrática es el tipo de izquierda que predomina en Chile. Esto de las dos almas lo entiendo en esa dimensión: es decir, vamos a tener una izquierda socialdemócrata -como la que ha primado en los gobiernos de Lagos y Bachelet- o vamos a tener una izquierda de tipo populista, como la que uno ve encarnada en Chávez. Eso es lo que está dirimiéndose en esta campaña.

-¿No ve diferencia en los ejes ideológicos de Lagos y Bachelet?
-Son estilos completamente distintos, porque son personalidades fantásticamente disímiles. Son diferentes desde los tipos de temas que les interesan, sus actitudes, hasta su sentido del humor. Pero cuando uno ve las políticas reales implementadas por Lagos y por Bachelet, aprecia que entre ambos hay una perfecta continuidad. Son claramente socialdemócratas.

Capitalismo en crisis

-¿Cree que a propósito de esta crisis viene una discusión intelectual sobre los fundamentos del capitalismo, especialmente en Chile?
- Creo que sí, es natural que así sea. El sistema ha revelado vulnerabilidades muy importantes en el área de la regulación financiera. De hecho, son vulnerabilidades de dimensiones ciclópeas. Entonces, obviamente se reabre la discusión sobre los grados de libertad que son posibles; sobre la capacidad que tienen los analistas de los bancos de realmente estudiar la viabilidad de los créditos en épocas de boom; entender qué pasa con estas burbujas, etc. En realidad, son temas que han acompañado al capitalismo desde su fundación: Marx, en gran medida, escribió sobre estos ciclos de acumulación de capital, que son seguidos de destrucción de valor. Keynes también lo hizo. Por todo esto, creo que surgirán economistas de gran vuelo, que repensarán en serio lo que pasó y es probable que surjan lecciones importantes.

-¿Por dónde cree que vendrían estas lecciones?
-Hasta donde podemos ver hoy, el mundo financiero, por estar tan entremezclado con el resto de la economía y por las características que tiene -que cuando quiebra incorpora inevitablemente al Estado-, deberá tener como contraparte un sistema regulatorio.

-El CEP siempre ha sido visto como los adalides de las libertades. ¿Producirán material y atraerán estudiosos que promuevan más regulación?
- Sí, definitivamente. Sobre todo en el tema financiero. Pero seamos claros: no necesariamente se trata de mayor regulación, sino de mejorarla sustantivamente. Hay que dar un salto cualitativo en la calidad de la regulación en el sistema financiero. Ése es un tema complejísimo. Lo que queremos es aportar información y análisis en estos temas. Por lo demás, nosotros no somos un centro de estudios antirregulación.

- No se trata de hacer una caricatura, pero ustedes son vistos como una resistencia a los embates de los que promueven más Estado.
- En realidad esto no es una guerra entre los partidarios y los enemigos del Estado. Éste tiene un rol importantísimo que cumplir y hay áreas en las que necesitamos, de hecho, un Estado fuerte. Lo relevante es que lo haga bien en esas áreas, pero en cualquier caso, el tema nos inquieta mucho y nos interesa no sólo dirigirnos a los empresarios o financistas, sino que también al mundo estudiantil.


La nueva economía del CEP y los ruidos en Educación

Una de las razones por las que hizo noticia este think tank en 2009 fue por la salida, a mediados de enero, de las expertas en educación Bárbara Eyzaguirre y Loreto Fontaine, tras 10 años en la institución.

-En los círculos académicos fue muy comentada dicha salida. Algunos interpretaron el hecho como un giro economicista del CEP ¿Es correcta esa lectura?
-Nosotros tenemos "blancos móviles". No estamos fijos en ciertos temas. Por ejemplo, cuando se discutía la reforma procesal penal, realizamos varios estudios y publicamos un libro. Pero hoy es un tema sobre el cual no tenemos nada y al cual podríamos volver en cualquier momento.

- Es decir que se mueven por la agenda.
-Nos movemos mucho en función de la agenda. Hay temas, eso sí, que son permanentes.

-¿Cuáles son los temas "permanentes" del CEP?
- Todo lo vinculado a políticas públicas, que incluye áreas tan distintas como la salud, la educación y el transporte. Tenemos un programa de medio ambiente que ahora es permanente, pero que no existió en los primeros años. Tampoco el programa de encuestas, que surgió entre 1986 y 1987.

-¿Y qué pasa con el área educación? Porque el mundo académico comentó la salida de ambas. Eso es un hecho.
-Yo me hago cargo del tema general. No me haré cargo de la situación laboral individual de académicos o profesionales del CEP. Son personas que han hecho un enorme aporte y es doloroso que se vayan. Pero también ha habido otras personas de gran valor que han estado en el CEP, se han ido y han sido sustituidas. Quiero decir algo: yo estudié Filosofía en la Universidad de Chile y mis dos grados son en esta área. He estado 15 años en el directorio del Grange ad honorem y enseño todas las semanas en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U. de Chile, donde creo que se forman los mejores profesores del país. Con esto quiero decir que para mí la educación es algo de importancia vital y mientras esté a la cabeza del CEP, estará en el corazón de lo que hacemos.
-En el último tiempo -y a ello ha contribuido la incorporación de Vittorio Corbo como investigador asociado senior- el CEP parece haberse volcado más fuertemente hacia los temas económicos. ¿Es así?

-Siempre tuvimos grandes coordinadores del área macro: aquí estuvo Francisco Rosende, Patricio Rojas y Rodrigo Vergara. Siempre fue un área importante para nosotros. Lo que pasó ahora es que teníamos un espacio y ése lo llenó Corbo. Como director hubiera sentido que faltaba fuertemente a mi deber si cuando el capitalismo vive su crisis más severa de los últimos 60 años, el CEP se hubiese quedado callado.
- No podían callar, siendo un centro vinculado al mundo empresarial.

- Hubiera sido tremendo no tener opinión ni estudios y haberse quedado con generalidades o vaguedades. Decidimos enfrentar el tema y se incorporó a una de las personas que más saben en el mundo sobre este tema, como es Vittorio. Fue compañero de curso de Bernanke, nada menos que el presidente del equivalente al Banco Central en EE.UU. Es decir, él conoce a todos los actores y estudiosos del tema.

- Entonces, efectivamente hay un énfasis hacia lo económico este año.
- ¡Pero es natural! Es un año en el cual este tema es esencial para el sistema capitalista en su conjunto. Nadie puede negarlo.

- ¿Cuándo se tomó la decisión de este nuevo énfasis?
- A comienzos de 2008.

Por Lorena Rubio y Enrique Mujica – Revista Que Pasa.
Fotos Juan Pablo Sierra
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