viernes, 12 de septiembre de 2008

Eduardo Frei, Belisario Velasco y la DC.


Amigos, qué preocupantes me parecen las declaraciones de Belisario Velasco a "El Mercurio". Un viejo dicho castellano plantea "Ave de mala ralea es la que empuerca su propio nido".

Pienso que actitudes sociales como la que plantea el camarada Velasco, simplemente terminan por empuercar todo el Partido, puesto que sabemos que en todas las elecciones internas ha sido cuestionado el padrón de militantes. El punto es que cuando se acepta participar, esta aceptación lleva consigo las condiciones propias del entorno y circunstancias, lo que hace ver como inexcusablemente grave lo planteado por Belisario.
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Sin embargo, señalizar en Belisario la crisis, como si no hubiese un "antes" o pensar que "la historia se inicia acá", es una ilusión y un engaño al juicio de la realidad. Pienso que estamos sumidos en una crisis moral como nunca estuvo el Partido antes, lo que se traduce en la ruptura de los lazos de confianza mínimos para que pueda haber coexistencia social y pública creíble. Se ha llegado a un nivel de intolerancia y de rechazo al otro que no tiene parámetros anteriores.

Tengo una foto histórica, en ella aparecen Ignacio Palma, Radomiro Tomic, Eduardo Frei y Bernardo Leighton. No es necesario indicar las profundas diferencias ideológicas que hubo entre ellos, aunque siempre dentro de la misma esfera de pensamiento. Sin embargo la grandeza de ellos fue que a pesar de sus diferencias, tenían confianza en el otro, sabían que ninguno era desleal y que todos peleaban por el mismo ideal.

Lamento decir que hoy ya no existe eso, no hay un solo ideal, a veces llego a pensar que no existe tal ideal compartido, nos hemos convertido en un partido balcanizado, de notables que soportan tras de sí a sus pequeños séquitos de leales, de grupos sin ideas que sólo pretenden obtener su ilegítima parte del botín político del Partido, el cual en realidad pertenece a todos los chilenos que alguna vez han confiado en la dc y han votado por sus representantes, de los cuales los líderes partidarios no son sino mandatarios obligados y jamás de los jamases mandantes.

Concuerdo con las críticas, soy el primero en resistir la estrategia de Frei en este instante, pero amigos, el mundo no nació con la declaración de Belisario a "El Mercurio" y ya va siendo tiempo que quienes han participado de esta balcanización reconozcan que su tiempo pasó y den un paso al costado, para que una nueva generación política se haga cargo del Partido, y pueda salir, con nuevos bríos, con los acuerdos congresales, a reconquistar la confianza perdida de la ciudadanía en la Democracia Cristiana, puesto que en mi opinión, las ideas comunitarias no estarán representadas con nuestro debilitamiento, aún cuando dada la realidad actual tampoco lo están.

Tenemos que cambiar y éste es el momento de hacerlo, yo apoyo el camino institucional y el itinerario fijado por la Junta Nacional debe ser cumplido. Espero que podamos proclamar a Soledad Alvear como nuestra abanderada. Lo que me temo es que estas descalificaciones debiliten tanto su legitimidad, que nos hagan desparecer del imaginario colectivo como políticos dignos de recibir la confianza del pueblo chileno.

Por Eduardo Reyes
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