viernes, 6 de marzo de 2009

Periodismo para mujeres?

Con motivo del ya muy próximo Día Internacional de la Mujer, fui invitada a dar una conferencia en el Puerto de Veracruz para hablar, por supuesto, del tema de las mujeres. El tema que propuse fue “Periodismo para mujeres” y mientras preparaba el material me vi obligada preguntarme si realmente se requiere un periodismo para mujeres.

Decidí no aventurar una respuesta rápida para justificar esta columna y muchos otros espacios periodísticos que abordan temas de género o desde una perspectiva de género. En cambio, me puse a revisar distintos materiales que todos los días, machaconamente, consumen hombres y mujeres en los medios impresos y electrónicos.

Las telenovelas, cada vez más consumidas por hombres, han modificado aspectos accesorios, como un lenguaje más atrevido, el vestuario que se va adaptando a la época y se abordan algunos temas que antes eran tabú como la homosexualidad o el aborto, pero conservan el manejo de los estereotipos femeninos y masculinos. El sufrimiento femenino, especialmente a causa del amor, sigue recaudando dinero a raudales, valores como el recato y la decencia entendidos desde una dimensión muy estrecha siguen siendo muy apreciados no importa cuán moderno sea el personaje. La cenicienta es un personaje que se renueva cada cierto tiempo, porque parece gustar mucho la historia de la mujer que en un golpe de suerte, ayudada por un flechazo de cupido gracias a su belleza, pasa de vacacionar en Xochimilco a hacerlo en Ibiza.

La mujer que espera, que calla sentimientos y emociones continúa siendo un personaje atractivo. Están, claro, las malvadas que sirven para destacar los estereotipos femeninos, por eso también es común que a esos personajes malos, malos, el destino les depare la muerte. El formato telenovela se ha modificado muy poco en los más de 55 años que tiene de vida, quizá con excepciones valiosas como “Mirada de mujer” o “Nada personal” de la productora Argos. La distancia que separa a “Simplemente María”, Cuna de lobos” y “Los ricos también lloran” con “Cuidado con el ángel”, “En nombre del amor” o “Eternamente tuya” es muy corta si no se la mide en años sino en estereotipos.

Los programas de revista producidos especialmente para mujeres también han variado poco: recetas de cocina, consejos de belleza, consejos médicos, entretenimiento con los cantantes o grupos del momento, entrevistas con actores y actrices de éxito, y muchos, pero muchos chismes de espectáculos. Hoy, con una gran cantidad de tecnología disponible, no hay un programa de revista que haya logrado superar al “Club del hogar” de Daniel Pérez Alcaraz que podía ser un larguísimo comercial pero tenía un humor más inteligente.

Los noticiarios estelares de las dos grandes cadenas televisivas los conducen varones. Las mujeres pueden hacerse cargo de las secciones de medicina, el clima y los espectáculos. Algunas conductoras destacadas aparecen en los informativos del mediodía, no más. La política, los temas sociales, la economía y los “grandes temas” de los noticiarios van de la mano de una imagen masculina.

La gran aliada de los estereotipos femeninos es la publicidad. Una gran cantidad de anuncios comerciales continúan presentando a las mujeres como las “lavadoras de dos patas” por excelencia, eso sí, les ofrecen comodidades y ayuda tecnológica por si tienen que cumplir doble jornada.

La televisión de paga también pone su granito de arena. El canal Sony tiene un conjunto de programas agrupados en un concepto llamado “macho que se respeta” y que, aunque se trata en realidad de series donde los hombres suelen sufrir la tiranía femenina, los anuncian con una pieza musical declaramente machista y antifemenina, muy festejada por los adolescentes.

En la prensa escrita, las secciones se manejan según el género de los consumidores. Se ha dicho en muchas ocasiones, porque se ha indagado con encuestas, que las secciones de política, deportes y policía son para hombres, mientras que espectáculos es la sección favorita de las mujeres. En los diarios siempre me llama la atención el tratamiento de la sección policiaca hacia las mujeres. Las notas de los delitos cometidos por hombres simplemente son un reporte, mientras que aquellos cometidos por mujeres merecen calificativos como “hiena”, “desalmada” o “desnaturalizada”.

Ante este panorama, puedo afirmar que se requiere un periodismo con perspectiva de género, en el que hombres y mujeres encuentren un tratamiento del tema que los lleve a asimilar cada vez con mayor naturalidad las luchas que libran las mujeres por lograr la equidad laboral, política o partidista; que les permita ver que la exigencia de una vida familiar más democrática es una condición para poder plantear otras exigencias. También es necesario que las mujeres y hombres periodistas que están a favor de este tipo de periodismo encuentren los medios, los formatos, el lenguaje y el tratamiento que permita ganar más espacios a una labor que todavía es minoritaria.

Por Pilar Ramírez – Fuente: Equinoxio – Periodistas Twitter.
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