viernes, 6 de marzo de 2009

El doble estándar.

Siempre es más fácil mirar la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio..

Al parecer en Chile todos padecemos un poco del "síndrome del Padre Gatica", el que predica pero no practica. Decir una cosa y hacer la otra, en eso consiste el mal que analizaremos hoy: el doble estándar.

Desde el más simple pelambre de quien jura ser honesto con todos hasta actitudes como la de la presidenta Michelle Bachelet cuando salió corriendo a reunirse con Fidel Castro cuando le avisaron repentinamente que él tenía un tiempo disponible para ella, han sido calificadas como de doble estándar.

Sin embargo la mandataria no es a la única que padece de ello, de acuerdo al sociólogo Manuel Antonio Garretón una de las principales razones que podría generar este fenómeno en nuestra sociedad es la segmentación que persiste en ella. "Si este fuera un país realmente integrado, donde convivieran sectores de bajo ingresos con de alto ingresos, sectores que tienen una visión determinada de la vida con sectores que tienen otra visión de la vida, estaríamos obligados a tener una norma común para todo", precisó.

La unificación de los sectores, de los criterios y la superación de la segmentación son algunas de las medidas necesarias para conseguir en nuestras vidas la consecuencia, y así eliminar situaciones como decirle a nuestros hijos que no se debe decir garabatos, cuando más de una vez nos oyen decirlos a nosotros; celebrar las conquistas sexuales de los varones y reprimir las de las damas y después demandar igualdad sexual; profesar que no nos gustan los programas de farándula, pero son segmentos de altas audiencias.

Todos ellos son ejemplos de doble estándar con los que debiéramos terminar. Si a usted se le ocurren otros o quiere comentarnos las maneras para terminar con esta inconsecuencia individual, familiar y social.

Fuente: CNN Chile.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

La conducta de la Concertación frente al tema de los derechos humanos es el paradigma del doble standard.
Cientos de militares presos, varios de ellos sin un juicio justo de acuerdo al derecho básico, casi todos los terroristas de izquierda que causaron casi 700 muertes durante el Gobierno Militar, libres o impunes.