miércoles, 30 de septiembre de 2009

Frei y Arrate, con distinción; Piñera, reprobado.

El primer debate hizo su trabajo. Quienes vieron anoche el programa —y no fueron pocos, si confiamos en el people meter— tienen mucho más claro que antes de qué se trata realmente esta elección. Aquí van 6 claves para entenderla.

1.- Piñera tiene una enorme “contradicción vital”. Es como Hernán Büchi, pero 20 años después. Cree ciegamente en el mercado, pero prefiere no decirlo. Como si le diera vergüenza. Por eso el momento más insincero de la noche fue, lejos, el de Piñera presentándose como el gran fiscalizador de la banca y anunciando más regulaciones. Las mismas que él, una y otra vez, como nos lo recordó el Informe Global de Corrupción de Transparencia Internacional, transgrede una y otra vez.

2. En esta elección están en juego dos formas de entender a Chile y el mundo. Por un lado está la derecha, que confía ciegamente en el mercado, en el que cada uno se las arregla como puede. Del otro lado estamos nosotros, la Concertación y el mundo progresista. Los que creemos que el país requiere más y mejor Estado, para apoyar a los más débiles y ampliar la protección social a la clase media.

3.- Eduardo Frei es el candidato de las propuestas. Nuevamente quedó demostrado que es Eduardo Frei quien toma la iniciativa cuando se trata de propuestas. Lo hizo al ser el primero en presentar su programa. Lo hizo anoche con señales concretas hacia la pequeña y mediana empresa, con medidas específicas para seguridad, educación y salud.

Aún estamos esperando el programa de Sebastián Piñera. Faltan menos de tres meses para la elección y aún no lo conocemos. Anoche escuchamos muy pocas propuestas de Piñera, y muchas buenas intenciones. Y las pocas ideas que planteó, como la eliminación del 7% en salud para los jubilados, están tomadas del programa de Frei. Parece que la derecha se olvidó del Copyright.

4.- Frei es la continuidad y ampliación del legado de Bachelet. Frei no teme decir que él representa la verdadera continuidad del legado de Michelle Bachelet, y así se encargó de explicitarlo ayer. ¿El ejemplo más notable? Cuando destacó los elogios que recibió la Presidenta nada más y nada menos que de Bill Clinton.

5.- Apareció la verdadera izquierda. Al fin quienes querían un candidato de izquierda, uno que no le encargue su programa económico a un chicago-boy, tienen una opción sólida. Se llama Jorge Arrate, y ayer fue —junto con Eduardo Frei— el otro gran ganador.

6.- Las chilenas y chilenos queremos honestidad y transparencia. En el Informe Global de Corrupción 2009, sobre corrupción en el sector privado, Chile desciende un puesto en el ranking. Piñera no puede pretender convertir la corrupción en un eje de campaña y, al mismo tiempo, ser un factor que contribuye a dañar la percepción internacional de Chile.

La pregunta goza de legitimidad y actualidad: ¿Los chilenos realmente quieren un Presidente que se ha pasado toda su vida jugando al filo de la ley y transitando entre la política y los negocios?

Les dejo un link para los que tienen dudas: www.transparency.org/

Por Sebastián Bowen – Blogs Emol.
.

No hay comentarios.: