viernes, 3 de octubre de 2008

A dos décadas del 5 de octubre de 1988, Andrés Zaldívar, Jefe del Comando del No.


A dos décadas del 5 de octubre de 1988, Andrés Zaldívar, Jefe del Comando del No: "Lo más tenso fue cuando nos avisaron que había encapuchados en Plaza Italia que querían lanzarnos una bomba".

Cada vez más cerca del 20º aniversario del triunfo de la oposiciòn en el plebiscito de 1988, fecha que la Concertación recordará el domingo venidero con un gran acto en el court central del Estadio Nacional, uno de los jefes del Comando del No, Andrés Zaldívar, recordó ese histórico momento en conversación con Cambio 21.

El ex ministro en los gobiernos de Eduardo Frei Montalva y Michelle Bachelet argumentó que el 5 de octubre "se ve como lejos, aunque no ha pasado tanto tiempo desde ese tampoco".

Zaldívar cuenta que "presidía el comando junto a Ricardo Lagos y Enrique Silva Cimma, y tengo claro que estructurar la campaña en una dictadura muy fuerte, donde no había opcíon de obtener medios, fue un esfuerzo de todos".

"Todo esto se hizo sobre un campo muy fértil -añade-, porque parecía como algo imposible de hacer. Conversábamos: derrocar a la dictadura a través de un plebiscito... incluso cuando le dije sobre nuestros planes al canciller alemán Helmut Kohl, él me respondió categóricamente: es imposible que derroten a Pinochet a través de las urnas. Pero había mucha mística. Yo creo que ocupamos al máximo el dicho bíblico que dice que la fe mueve montañas.

- ¿Alguna vez pensó que no se iba a reconocer el triunfo del No?
- No, nunca, pero de verdad, nuestra intención no era ponernos en la situación de sí el Gobierno iba a o no a reconocer el resultado de la elección. Nosotros lo que queríamos era derrotar a Pinochet en su propia cancha y con las reglas que él mismo estableció. Además, él estaba convencido de que ganaba. Por último, el respaldo y las palabras del general Fernando Matthei y de Sergio Onofre Jarpa, presidente de Renovación Nacional, crearon una división en las Fuerzas Armadas que nos ayudó a consolidar el triunfo.
El ex senador y ex presidente de la Cámara Alta rememora que cuando por fin se supo que ganaba el No, "fue casi un sueño. Para mí fue impactante ver la forma como festejaba la gente hasta altas horas de la madrugada, pero temíamos que se armara un clima de confrontación y enfrentamiento, y en eso nos esforzamos en informar a la gente, pero la ciudadanía captó muy bien el mensaje. Incluso están esas inborrables imágenes con los saludos cariñosos y entrega de flores a Carabineros".

- ¿Cuál fue el momento más tenso mientras se esperaban los últimos cómputos de parte de La Moneda?
- Fue a eso de las 11 de la noche del mismo 5 de octubre y cuando aún el Gobierno no reconocía el triunfo. Ahí fue cuando nos avisaron oportunamente que había encapuchados en Plaza Italia que querían lanzarnos una bomba y dejarnos sin luz en el comando. Por suerte teníamos un generador propio y ellos tuvieron que dejar de lado sus planes.

- ¿Qué queda pendiente en la transición a la democracia desde el el "5 de octubre" hasta nuetros días?
- Creo que nuestra democracia está consolidada, aunque reconozco que a través del tiempo se exigen mejores en el sistema político y electoral. La alegría llegó en ese momento luego de 18 años de lucha contra el régimen militar, donde yo tuve que ir al exilio luego de presidir la Democracia Cristiana en el período más duro de la dictadura. Hemos avanzado mucho, pero quedan temas pendientes que ojalá puedan resolverse.
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Fuente: Cambio21.
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