martes, 26 de febrero de 2008

Poder detrás del poder, puñaladas a traición en nuestra Democracia Cristiana.


Pese a que algunos analistas le han conferido a las elecciones municipales una carga excesivamente dramática, todos los indicios apuntan a que las dos grandes fuerzas en pugna -Alianza y Concertación- mantendrán en lo sustancial sus votaciones, esperándose que la diferencia a favor del oficialismo, se sostenga por sobre los puntos necesario.

Donde sí los escrutinios producirán dosis mayores de adrenalina es en los partidos que integran el conglomerado gobiernista, pues los guarismos que entreguen las urnas marcarán las tendencias de sus electores de cara a los comicios presidenciales y parlamentarios próximos.

La Demócracia Cristiana, es el que más fichas pone esta vez en las mesas escrutadoras. En ese entonces, su ex presidente senador Adolfo Zaldívar, desarrollo una esforzada tarea para ordenar y revitalizar las huestes falangistas, duramente golpeadas en las últimas elecciones por una reiterada y vertiginosa caída en las preferencias.

Las directivas que encabezaron Alejandro Foxley, Ricardo Hormazábal y Enrique Krauss condujeron al PDC a su peor momento en cuarenta años, siendo desplazado del primer lugar de los partidos por la poderosa maquinaria electoral de la Unión Demócrata Independiente. Los gremialistas cumplieron así su pública promesa de socavar los cimientos de las bases poblacionales demócratacristianas.

Los detractores de Adolfo Zaldívar temían que la caída se profundizara., argumentan que el partido perdió el voto de los jóvenes y de muchas mujeres; que el PDC sigue mirándose el ombligo con los mismos militantes; que no refleja la diversidad de la sociedad chilena actual y que tampoco ha logrado identificar a los grupos sociales a los cuales quiere dirigirse.

Estos críticos, que recordaban con rabia y pesar las elecciones de 1997, cuando la dirigencia creyó que los electores se comportan como los consumidores y evitaron poner en sus afiches y lienzos cualquier mención al PDC y a su flecha roja, vieron una vez más con estupor cómo los candidatos de su partido sólo sonreían en los afiches callejeros, manteniendo distancia de su tienda política.

La realidad es que la DC enfrenta, una creciente fuga de votos hacia el PPD y el Partido Socialista, referentes que agrupan a las tendencias más progresistas del oficialismo, y que posteriormente levantaron a la actual Presidente de la Republica Michelle Bachelet, como carta decisiva para inclinar al electorado en su favor.

EL CÍRCULO DE LA TRAICION.

Como si no bastaran estas preocupaciones, los devaneos preelectorales del PDC quedaron cubiertos en las últimas semanas por un penetrante perfume de traición.

Eduardo Frei Ruiz-Tagle, el ex mandatario aspirante a la reelección, fue víctima de una oscura trama conspirativa para sacarlo de la carrera presidencial. Cuatro de sus más cercanos amigos y colaboradores -Edmundo Pérez Yoma, Raúl Troncoso, Genaro Arriagada y Carlos Figueroa, el denominado “círculo de hierro”- declararon anónimamente a El Mercurio que convencerían al ex gobernante para que rescindiera sus aspiraciones y entregara su adhesión a la ex ministra Soledad Alvear.

Pese a que los cuatro ex ministros desmintieron en sendas cartas haber sido las fuentes ocultas del artículo en el diario de Agustín Edwards, en los medios de prensa y corrillos políticos sus nombres fueron mencionados una y otra vez como autores de la secreta operación.

Lo más violento, sin embargo, quizás sea que las principales motivaciones que aparentemente los inspiraron tengan domicilio conocido en los barrios de la ambición.

Superada la perplejidad inicial, Frei Ruiz-Tagle, su familia y partidarios, creyeron ver las huellas de Gutenberg Martínez, esposo de Soledad Alvear, en el diseño y entramado de la maniobra. El “Gute” habría estado en una reunión en las oficinas del diario La Tercera, junto a Cristián Bofill, Jovino Novoa, Andrés Allamand y Edmundo Pérez Yoma. Allí, días antes de la publicación en El Mercurio, Martínez habría afirmado que Frei se bajaría, según aseguró la periodista Paula Guerra en la nota de portada de La Nación Domingo.

En los ámbitos políticos se cuentan casi como leyendas las múltiples operaciones políticas realizadas por Gutenberg Martínez en los últimos treinta años y su habitual tendencia a efectuarlas a través de la prensa. Desde hace un tiempo, optó por sumergirse en actividades académicas y especialmente en la conducción de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), de gravitante papel en Centroamérica y en el Caribe, donde hace una férrea oposición a los gobiernos de Fidel Castro y de Hugo Chávez, en Cuba y Venezuela.

Por su parte, Frei recorrió más de 130 comunas para conseguir el apoyo de las bases de su partido y esperando llegar con ese respaldo a la Junta Nacional del PDC, de ese entonces. Allí debió medirse con Soledad Alvear, Adolfo Zaldívar y Marcelo Trivelli, para decidir quién será el candidato presidencial del falangismo.

Adolfo Zaldívar con Gutenberg Martínez.

La pugna entre el senador Adolfo Zaldívar y el ex presidente de la DC Gutenberg Martínez es una de las más enconadas y antiguas de la política chilena. Por eso, no sorprende que este último haya tenido una discreta pero resuelta opinión a favor de expulsar al líder colorín.

Las diferencias entre ambos políticos datan de fines de los sesenta, cuando ambos pertenecían a la Juventud Demócrata Cristiana (JDC). Mientras Martínez pertenecía a la facción "rebelde" y casi emigra a la Izquierda Cristiana, Zaldívar era defensor de la línea más conservadora del partido que entonces encarnaba Eduardo Frei Montalva y que era contraria al gobierno de Salvador Allende.

El primer round entre ambos ocurrió en agosto de 1971. El abogado integró la lista de Ricardo Hormazábal a la presidencia de la Juventud, mientras que el parlamentario fue el generalísimo de la campaña de su principal contendor, el periodista Oscar González Clark. Tras un frontal debate en la sede de la tienda, la lista que apoyó Martínez logró el control de la JDC.

Me adelanto a los hechos, abril 2008, se escribirá otro histórico hecho, nuestra DC en crisis. Quien se hará responsable, con el costo político que esto involucra.
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Carlos Saavedra Martinez
Militante-Dirigente DC de Antofagasta.
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