La fuerte derrota del PRD en las elecciones legislativas del domingo ha sumido a la izquierda mexicana en una profunda crisis. La pelea entre Los Chuchos y los "lopezobradoristas" se ha reavivado, ha nacido un nuevo sector que pide un dirigente al frente del partido ajeno a esos dos grupos y Marcelo Ebrard ha emergido como un posible líder.
El PRD aparece dividido en tres sectores. Los que no desean apoyar ni a Andrés Manuel López Obrador ni a Los Chuchos. Éstos defienden piden la renuncia de Jesús Ortega por la pérdida de votos y que un político que no pertenezca al bloque leal a López Obrador ni al de Ortega pueda dirigir al partido.
El segundo sector es el bloque orteguista (los Chuchos) que opta por analizar la situación del partido y tomar decisiones con respecto a los militantes perredistas que llamaron a votar por otros partidos, en referencia al apoyo de López Obrador a la lista del PT. El objetivo sería expulsar del partido a López Obrador.
Por último, están los lopezobradoristas, como Dolores Padierna y David Cervantes, que piden fiscalizar las acciones de Ortega y exigen un cambio profundo en el partido que incluiría la renovación de su dirigencia nacional.
La dirigencia nacional del PRD, liderada por Jesús Ortega se reúne hoy con gobernadores, direcciones de los estados, delegados, Comisión Política Nacional y secretariado nacional para llevar a cabo un balance de los resultados en los comicios.
Por encima de estas disputas, crece la figura de Marcelo Ebrard, el alcalde de la Ciudad de México. El jefe de Gobierno capitalino calificó como un "error estratégico mayúsculo" de la dirigencia perredista nacional el haber mantenido dividida la coalición que apoyó en 2006 a López Obrador: "Hay una causa mayor que nos obliga a todos, que son los ideales, los objetivos, los valores, las aspiraciones de quienes coinciden con la izquierda, y esa es la gran lección y la vamos a tener que entender. El partido la tiene que entender y escuchar y si no, nos encargaremos de que así sea", .
Ebrard se perfila como la alternativa en la izquierda al liderazgo de López Obrador: "es evidente que la división, la confrontación, el privilegiar por encima de todo los intereses de grupo a los del partido, conduce a esto". El PRD reunió sólo el 12% y no contó con las aportaciones del Partido de los Trabajadores (3,6 por ciento) y de Convergencia (2,4) con quienes fue coaligado en 2006.
Fuente: Información y Análisis América Latina.
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