En su primera entrevista en profundidad tras el trasplante de riñón, habla de su nueva rutina, de su relación con la Presidenta, recuerda los dolores de su vida y habla de política: " las posibilidades de que gane Piñera son nulas".
Tras sus risas contagiosas y sus enojos rápidos, existe un hombre que ha vivido intensamente. Con respuesta para todo, cuando se le pregunta por qué no postuló a la presidencia de la República contesta simplemente "porque nadie me lo pidió".
En el salón que antecede al despacho del ministro del Interior hay dos enormes cuadros pintados por Guillermo Muñoz Vera. Uno muestra a Allende saludando desde el balcón presidencial. El otro, ese mismo lugar después del bombardeo del 11 de septiembre del 73.
-¿Y qué van a hacer con esas pinturas si gana Piñera?
-Van a seguir aquí en los próximos 20 años. Las posibilidades de que gane Piñera son nulas -replica de inmediato.
Empresario y político, ingresó a la Democracia Cristiana apenas salió del Saint George. "Me da vergüenza decirlo, pero alcancé a entrar a la Falange", bromea.
-Si ahora tuviera 18 años, ¿ingresaría al PDC?
-De todos modos. Pero antes había más mística. La política era más convocante: había proyectos muy excluyentes. Estaban los socialismos reales, el comunismo en pleno auge. El tiempo de la Guerra Fría. Hoy es menos atractiva: los conflictos son menos agudos. Antes, en cada elección se jugaba el destino del país.
Le atrajeron mucho los principios sociales del cristianismo, las encíclicas papales. Católico practicante, de misa dominical -en la iglesia de los Padres Franceses de Manquehue-, nació en Antofagasta hace 70 años. Mayor de nueve hermanos, le encantan las familias numerosas: él, casado con Paz Vergara Larraín, tiene seis hijos y 14 nietos. Estricto como fue su padre, admite a los nietos a almorzar los domingos en la mesa desde los 8 años y les exige buenos modales.
-Yo recibí una educación severa que me ha servido mucho en la vida.
Disciplina, respeto y perseverancia figuran entre sus virtudes. Además de sentido de responsabilidad y una gran simpatía.
Dice que con la Presidenta Bachelet tiene muy buena llegada (lo que no podrían decir sus antecesores: Andrés Zaldívar y Belisario Velasco). Y cuenta que la conocía muy poco cuando ella le ofreció el ministerio, en enero del año pasado.
EMPRESARIO Y POLÍTICO
Con mucha experiencia empresarial, partió trabajando en las pesqueras en Iquique. "Una época muy interesante: los años 60 empezaba la pesca industrial en Chile".
Después, "cuando asesinaron a mi padre, me tuve que hacer cargo de sus empresas y de proteger a mi madre".
-Como empresario "me ha ido bien y me ha ido mal. He tenido todo tipo de avatares" resume.
A partir de 1985 empezó a trabajar activamente en política. De todas sus tareas públicas, revela que la más difícil "fue el Ministerio de Defensa con el general Pinochet de comandante en jefe de las FF.AA."
-Fue un período sumamente complicado, tenso. Con un comandante en jefe inamovible. Tuvimos un conflicto que duró varios meses, cuando se le pidió la renuncia al general Stange, que no se quería ir. También me tocó el encarcelamiento del general Contreras ,que dijo que no iría a la cárcel bajo ningún concepto. Hubo una serie de desafíos muy fuertes hacia el orden democrático y había que manejarlos con mucho cuidado.
De todo lo hecho en el área pública -desde tres veces ministro, embajador en Buenos Aires y cónsul en Bolivia- reitera que lo más importante fue haber instalado la "Mesa de Diálogo" donde, por primer vez, se sentaron juntos abogados de derechos humanos y jefes de las FF. AA. y de Orden. "Al margen de los resultados -enfatiza-, eso sólo justifica mi vida dedicada a la política".
Dice que su trato con Pinochet "fue siempre respetuoso. Mantuvimos una relación jerárquica, pero cordial. Tuvimos nuestras diferencias. Él consideraba que era muy peligroso encarcelar a un general de Inteligencia, pero siempre acató las órdenes que emanaban del poder político".
TRABAJO MINISTERIAL
Ahora, como ministro del Interior, se levanta todos los días muy temprano, "porque la Presidenta es muy madrugadora". Pero no perdona su siesta. Cuando va a su casa, ya que tiene restringidos los alimentos debido al trasplante de riñón y la diabetes, aprovecha de dormir "con pijama y rosario", dice, riendo. Si no, se tiende en el mullido sofá rojo de su despacho, en cuyas paredes hay fotos de su mujer, hijos y nietos. Y su preferida: en la que aparece su padre, Edmundo Pérez Yoma, en carroza Beaumont, junto al ex Presidente Frei Montalva, al lado de la suya con Frei Ruiz- Tagle en la misma situación.
-Lo más ingrato de mi vida fue la muerte de mi padre. No sólo su asesinato... sino todo lo que vino después. Mi madre nunca se recuperó, y murió a los pocos años. Expropiaron la pesquera que era de mi padre con unos socios, lo que fue muy traumático. Después expropiaron el campo.
Hace rato que no puede navegar en su crucero "Valentina" . En los cinco días de vacaciones que tuvo fue a su casa en Huelmo, Puerto Montt. Lo que no deja a un lado es su campo en Cabildo, que lo administra su hijo Cristián. Va cada vez que puede.
Cumplidas las tres semanas de "licencia médica" por la intervención quirúrgica, volvió al Ministerio con el propósito de tomárselo con toda calma. Pero a las pocas horas estaba de cabeza y consumiendo una gran cantidad de inmunodepresores para evitar el rechazo.
-Dicen que usted logró ordenar al gabinete.
-No sé si la palabra es ordenar, pero hay sintonía entre todos los ministros. Hemos logrado trabajar muy bien, con gran espíritu de trabajo y de colaboración. Diría que esta orquesta no está desafinando. Hay metas claras.
-¿No es cierto que se llevaba mal con Velasco y con Vidal?
-Esos son mitos. Si algo me caracteriza, es tener buenas relaciones humanas, lo que no obsta para tener diferencias políticas o de cómo hacer las cosas. Dicen que soy muy mal genio, pero no es verdad. Soy chispita, pero nunca, ¡nunca! me enojo con personas.
-¿Y a quién le corresponde ordenar a la Concertación?
-A los presidentes de partidos y a los líderes políticos. Yo creo que el tema de la Concertación y en la Alianza es que hay una clara desafección de la ciudadanía respecto a los partidos. Ocurre lo mismo en el mundo. Y eso se traduce en altos porcentajes de abstención, de gente que no se inscribe.
-La Concertación, que sigue siendo la coalición más aceptada por la gente, tiene un apoyo del 25%. La Alianza no supera el 20%. Las causas de esa desafección de la gente con la política son numerosas. Cuando las cosas están bien, hay menos participación. La normalidad no es motivante. Cuando hay crisis aumenta el interés por la política. En los países más estables, la participación de la gente en política es más baja, y Chile no escapa a eso. También influye el sistema binominal.
-¿Por qué no lo han cambiado en casi 20 años?
-Está hecho para premiar a la segunda mayoría, y como estaban convencidos de que la derecha siempre sería segunda mayoría, se armó un sistema, único en el mundo, para subsidiar a la segunda mayoría. La única parte donde hubo un sistema así fue en Polonia, introducido por el dictador Jaruselzki, y duró muy poco tiempo.
-Al comienzo tuvo algunos efectos positivos, pero ya no. Si no vamos a una pronta reforma del sistema electoral que permita que haya mayorías que gobiernen y minorías que fiscalicen, tendremos un grave problema institucional. Ya se está viendo: esto de los "descolgados".
-¿Cómo califica a los descolgados?
-Son personas que privilegian sus proyectos personales por encima de los proyectos colectivos. Esto es peligroso para el sistema y para los que optan por este camino. A fin de año vamos a saber qué pasa con ellos. Yo creo en los partidos políticos. Las democracias no funcionan sin partidos.
Área política
-Cuando asumió, aquí dijo que la gran prioridad del gobierno es la protección del empleo. ¿Qué dice ahora que hay 800 mil desempleados?
-Se están protegiendo de una manera gigantesca, con el seguro de cesantía. Pero más que esa cesantía, que es muy alta y se debe a la crisis internacional, hemos logrado que el 90% de la fuerza de trabajo mantenga el empleo. Ésta es la crisis más grande habida desde la gran depresión. La alta popularidad de la Presidenta...
-Pero, ¿por qué la alta popularidad de la Presidenta no se traspasa al gobierno?
-Éste es el gobierno más popular de todos los de la Concertación. Más del 60% de apoyo. Yo creo que la altísima popularidad de la Presidenta y la alta popularidad de su gobierno se deben a que la gente entiende que este gobierno ha hecho ¡todo lo que está en sus manos! para evitar que la cesantía aumente. Nunca se ha dado el caso de que, aumentando la cesantía, como ahora, aumente la popularidad del gobierno. Es algo inédito. Revela que la gente se da cuenta de que se hace todo lo posible para que la crisis no los golpee más.
-¿Cómo ve a su consuegro de candidato presidencial?
-Eduardo Frei es el candidato único de la Concertación. Ha vencido una cantidad de obstáculos. Su candidatura se ha consolidado, y las últimas encuestas lo muestran subiendo en todos sus atributos y a Piñera descendiendo, a pesar de que todavía está por encima de Frei. Las posibilidades de triunfo del candidato de la Concertación son muy altas.
-Eso tiene que decirlo...
-Lo creo realmente. Va a ser una elección estrecha, y Frei ganará a Piñera en segunda vuelta.
-¿Qué le aconsejaría? ¿No encuentra que aparece muy serio, como enojado?
-Frei es serio. Nunca ha sido muy risueño. Que sea natural.
-En cuanto a Piñera, ¿qué virtudes destacaría?
-Es inteligente, muy trabajador, ha hecho una carrera empresarial notable. Le tengo aprecio y respeto. Ha sido presidente de partido, senador, pero su discurso me parece muy estereotipado, y mi impresión es que está empezando a cansar a la gente. Lo que más me llama la atención es la falta de propuestas novedosas. De la teoría del desalojo a la de bienestar social, de ahí a no sé qué....
-¿Y Marco Enríquez-Ominami?
-Es la novedad mediática. Mi sensación es que está llegando a su límite. En diciembre veremos si ese interés se traduce en apoyo en las urnas. Como el 50% de los votos se los saca a Frei y un 20% a Piñera. Pero los votos no son endosables y la segunda vuelta será una nueva elección.
-¿Frei no sería más de lo mismo?
-Más de lo mismo en este caso es super bueno. Porque todos los indicadores, en cualquier ámbito, más de lo mismo es fantástico. ¿Quién va a querer cambio cuando se tiene una Presidenta con 74% de aprobación y un gobierno con 64%? Piñera ya no habla del desalojo ni del cambio. La gente quiere más de lo mismo: más protección social; que el Estado participe más en la economía. Están convencidos de que el mercado entregado a su libre arbitrio es un desastre. O sea, ¡quieren más de lo mismo!
-Se acusa a la Concertación de corrupción.
-Tenemos una Ley de Transparencia que nos pone a la altura de los países más honestos. Según los índices internacionales, Chile es un país muy poco corrupto. Está entre los 20 países menos corruptos del mundo. Que tengamos corruptos y rateros no significa corrupción sistematizada.
Fuente: Revista El Sábado.
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