viernes, 6 de febrero de 2009

EL ROMPECABEZAS Y LA REELECCIÓN PERPETUA

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Heberto Díaz Oquendo

Cuando el ex Presidente Caldera, en enero de 1999, pidió en su último mensaje anual al Congreso de la República de Venezuela, que no se desarmara de nuevo el rompecabezas, definitivamente, tenía una increíble Fe en el líder del golpe de estado de 1992. Porque el mensaje fue dirigido más a los adecos y copeyanos, que al golpista que unos días después "pateó" la constitución de 1961, llamándola moribunda en el momento de su juramentación como Presidente y que ahora pretende ser un Presidente eterno.

En estos tiempos en que la constitución del 61 ha sido pateada y sepultada y la constitución del 99 ha sido violada reiteradamente, nos atañe a los venezolanos, salir del pateador de constituciones y pretendiente a Presidente eterno, para poder empezar a armar, entre todos, el rompecabezas que se llama Venezuela.

Cada venezolano presente y cada venezolano futuro, es una pieza única e indivisible del rompecabezas que se llama Venezuela; pero también, todos y cada uno de los venezolanos que se han ido o han fallecido, son también una pieza única e indivisible del rompecabezas. Todas las piezas que engranan y que no engranan una de otra, también son parte del problema, porque la pieza más lejana en relación a otra, es tan importante como ésta para que cuadre y se arme el enigma. Ninguna es de mayor importancia que otra; todas hacen falta, por eso se debe cuidar con mucho celo a las más pequeñas y vulnerables. En cambio, las más grandes, se pierden poco y dan forma y sirven para orientar, pero si no están las pequeñas, éstas pierden su valor y no sirven para nada.

Venezuela es un país con pasado, presente y futuro; con mucha historia y con momentos buenos y malos; que unido forman una gran nación que debería estar en construcción permanente. Sin embargo, sus piezas primordiales son todos y cada uno de los venezolanos, pasados, presentes y futuros.

El rompecabezas tiene una figura planeada y es un acertijo porque son muchas piezas que vienen con una medida y cumplen con una función, pero requiere tiempo y paciencia para armarlo; también es muy frágil y debe cuidarse y protegerse mientras se arma; y la pasión y razón de ser del juego está en el proceso de su construcción, tomando en cuenta que sus piezas pueden cambiarse de lugar una y otra vez hasta engranarlas con otras, pero ninguna es prescindible.

Como Copeyano y Demócrata cristiano, siento un respeto y un afecto especial por el Presidente Caldera, con sus aciertos, errores y equivocaciones; pero soy de la nueva Venezuela, por eso dejo el tema Caldera a la historia y al juicio del pueblo venezolano.

Debemos armar el rompecabezas que se llama Venezuela, y Chávez es una pieza que no cuadra; y aunque también es venezolano, no puede ser el guía ni el armador del juego.

No a la reelección perpetua.

Gentileza: Luis Barragán J.
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