miércoles, 2 de abril de 2008

EL DEBATE SOBRE LAS PRIMARIAS. Eugenio Ortega Frei.

Señora Directora:

No dejan de sorprender las vueltas y piruetas que se han producido en el debate sobre el mecanismo de selección de los candidatos presidenciales en cada partido y del abanderado de la Concertación. Mien­tras las encuestas indican un aumento siste­mático de la desconfianza y desidentificación de la sociedad chilena con los parti­dos, cuando todos en privado reclaman por una necesaria renovación de la política, los partidos buscan mecanismos de selección de sus candidatos cada vez más cerrados y poco participativos
.
En el congreso del Partido Socialista se derrotó la idea de establecer una prima­ria abierta; aprobándose como mecanismo una convención en que predomina el apara­to partidario (alcaldes, concejales, diputa­dos, senadores y presidentes comunales). Aunque en el congreso ideológico de la Democracia Cristiana se aprobó la idea de que los candidatos a elección popular se elegirían en primarias abiertas, Soledad Alvear y sus partidarios han señalado que buscarán su proclamación presidencial en una junta nacional en que también predo­mina el aparato partidario.

Pareciera que muy pocos recuerdan el Programa de Gobierno de Michelle Bache­let: "Una democracia sin partidos se debili­ta. Por ello, impulsaremos una ley para pro­mover la democracia interna de los parti­dos políticos. Propondremos la exigencia de elecciones primarias para la definición de candidaturas locales, regionales y na­cionales". ¿Cómo explicarle a la ciudada­nía esta obvia contradicción?

Lamentablemente, algunas directivas partidarias han decidido privilegiar la man­tención del actual orden político, dejando de lado la necesaria renovación del sistema de partidos. El costo ha sido el aumento de la desidentificación partidaria. El sistema ha producido estabilidad política, pero no logra adaptarse a los cambios que comien­zan a sentirse en la sociedad. Más aún, el fin de la división política entre pinochetis­mo-anti-pinochetismo hace aún más urgen­te la necesidad de abrir mecanismos para la renovación partidaria y que, al mismo tiempo, ayuden a la estabilidad del sistema presidencial.

Ha llegado la hora de que los dirigen­tes partidarios dejen de pensar en qué le conviene a su facción partidaria o qué me­canismo es mejor para su candidato presidencial. Es de la esencia de los sistemas po­líticos democráticos que los liderazgos de­ben re-concursar por el voto de los ciudada­nos. En la democracia oligárquica chilena de los siglos XIX Y XX era posible que los candidatos presidenciales se eligieran en convenciones partidarias cerradas. La de­mocracia participativa del siglo XXI que queremos para Chile hace indispensable que los liderazgos políticos surjan de me­canismos abiertos y participativos.

Eugenio Ortega Frei
Doctor en Ciencia Política
.

1 comentario:

julio -Debate Popular dijo...

Tal cual el pueblo tiene derecho a participar también quien quiere que aparezca como opción en el momento de votar. También hay que decir que al hacerlo participativo también habra voto de otros partidos para el candidato que menos le convenga del otro.Pero igual sera reciproco.