lunes, 4 de enero de 2010

URUGUAY: Mujica y la tentación de los petrodólares de Hugo Chávez.

En el entorno de Mujica sostienen que no hay que temer a quedar ligados a Chávez. Pero Mujica sabe que esas "cuasi-donaciones", tienen una contrapartida de política internacional, que no parece dispuesto a asumir.

El problema es del actual gobierno pero también del próximo. Mujica se asomó muy rápido a las situaciones de coyuntura y este caso ya está en su mesa de trabajo. Los planes de autogestión precisan crédito y Chávez exhibe voluntad política y un fajo de dólares".

El presidente electo de Uruguay, José Mujica, aparece tan hiperactivo que en algunas ocasiones se ha superpuesto con la gestión del actual jefe de Estado, Tabaré Vázquez. Y eso le generó un tirón de orejas a distancia ("La transición no significa que haya un cogobierno. Hasta el 1º de marzo de 2010, yo soy el presidente" dijo Vázquez a dirigentes de la coalición de izquierda Frente Amplio).

El veterano líder tupamaro no paró un día desde que ganó la elección presidencial y su ansiedad por armar el gabinete ministerial y comenzar a impulsar reformas desde ya, o a preocuparse por algunos problemas económicos del país, lo han expuesto a riesgos antes de asumir. Y mientras, se encara la transición, que formalmente comenzó ayer martes 29 en Casa de Gobierno. Un día antes, Mujica, Vázquez y Danilo Astori, los tres principales líderes de la izquierda uruguaya establecieron las líneas de esa transición.

En la tarde del martes 29, Vázquez y Mujica reunieron al actual gabinete y a los futuros ministros, para que coordinen el traspaso de asuntos pendientes. Vázquez quiere dejar la marca de una transición modelo, que pueda ser imitada por otros países. Pero a Mujica ya le salpican algunos temas que explotan justo sobre fin de año.

Aunque la economía uruguaya ha tenido un quinquenio excelente y en el 2009 se haya logrado zafar de una recesión que se dio en la mayoría de los países, eso no significa que haya problemas preocupantes. Y ante el cierre de una fábrica de las más grandes del país, la sombra del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ha sobrevolado la política uruguaya.

Eso alimenta expectativas sobre cómo se manejará el segundo gobierno de la izquierda en este país. El antecedente muestra que Vázquez tuvo un primer acercamiento a Chávez pero luego tomó distancia y se mostró más afín a Washington que a Caracas.

Cuando Vázquez asumió en marzo de 2005, un banco cooperativo caía en una quiebra con todo lo que implicaba en materia de puestos de trabajo, cadena de pago en medianas y pequeñas empresas y preocupación entre ahorristas. El banco fue salvado por Chávez y sus petrodólares. También se apeló a Caracas para salvar la compañía aérea estatal, lo que no se concretó, y a los ex trabajadores de una fábrica de vidrio cerrada.

Chávez dipuso un crédito de casi cuatro millones de dólares a pagar con "transferencia metodológica de conocimiento", como "programas de apicultura", otros "de quesería artesanal"; de certificación de calidad y sobre las formas de clusters. Nada de eso se hizo, y luego se cambió por otra "moneda de intercambio": que obreros uruguayos fueraon a Venezuela a capacitar trabajadores de una fábrica de vidrio. Pero Chávez sintió luego que no era correspondido por Uruguay, como él pretendía.

Vázquez no se alineó al eje bolivariano y coqueteó con George Bush para un acuerdo comercial que no se concretó en TLC pero derivó en un marco de negociaciones permanentes sobre inversiones y comercio. Al ver crecer el liderazgo de Mujica, Chávez se entusiasmó y expresó elogios al ex guerrillero y al Movimiento Tupamaro.

"Queremos que Uruguay se siga levantando y que se siga desarrollando, y estamos interesados en profundizar la cooperación energética para que a Uruguay no le falte en los próximos 100 años ni una gota de petróleo", dijo Chávez luego que Mujica fuera electo presidente. "Estamos dispuestos a seguir trabajando y yo sé que con el 'Pepe' va a ser así", dijo el líder bolivariano, expresando familiaridad con el futuro jefe de Estado.

Uruguay ha generado una deuda grande con Venezuela por el acuerdo de compra de petróleo a cambio de exportaciones de productos locales, que no se han dado como se esperaba. Ahora, Mujica podría estar más cerca de Chávez de lo que ha estado Vázquez, pero el veterano izquierdista no será un gobernante que se ponga bajo el ala del presidente de Venezuela.

El diplomático elegido por Mujica para ser el próximo canciler, el embajador en China, Luis Almagro, ya dio respuesta sobre eso. Dijo que el gobierno de Mujica podrá estar dispuesto a "estudiar" el ingreso al ALBA, pero sin integrar el "eje bolivariano". Una aclaración hecha desde muy temprano. Pero Chávez muestra dólares y eso genera tentaciones.

En el entorno de Mujica sostienen que no hay que temer a quedar ligados a Chávez. Pero Mujica sabe que esas "cuasi-donaciones", tienen una contrapartida de política internacional, que no parece dispuesto a asumir. El problema es del actual gobierno pero también del próximo. Mujica se asomó muy rápido a las situaciones de coyuntura y este caso ya está en su mesa de trabajo. Los planes de autogestión precisan crédito y Chávez exhibe voluntad política y un fajo de dólares.

Por Nelson Fernández Salvidio – infolatam.
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