lunes, 21 de diciembre de 2009

La "condición" de ME-O que la Concertación no quiere cumplir.

"Si renuncian los timoneles de la Concertación, hay posibilidad de acuerdo". Con esta frase Marco Enríquez-Ominami explicitó durante una entrevista el jueves la condición que desde el domingo viene insinuando para iniciar un eventual diálogo con personas del oficialismo. Marco quiere las cabezas de los cuatro presidentes de partido, pero no hay piso para ello.

Las escenas del drama

El problema de Eduardo Frei se inicia poco después del primer cómputo del Ministerio del Interior. Su comando recibe sólo minutos más tarde un conteo paralelo, que les notifica que no llegarán a los 30 puntos y que Marco superará los 20. Los rostros de Ricardo Solari, Juan Carvajal y Pablo Halpern se desencajan.

Pocas horas más tarde, ME-O reconoce su derrota, no hace ningún gesto en favor de Frei y exige la renuncia de las cúpulas partidistas.

Sesenta horas después. Es miércoles por la mañana y los presidentes de la DC, Juan Carlos Latorre, y del PS, Camilo Escalona, no comparten el llamado del timonel del PPD, Pepe Auth, quien ya se manifiesta dispuesto a renunciar.

En la tarde de ese mismo día, el set se traslada al court central del Estadio Nacional. Cerca de las 21:00 horas, Frei sube al escenario y relanza su candidatura ante cinco mil invitados, la mayoría militantes, funcionarios de Gobierno y dirigentes sociales. Pero lo que debía ser una fiesta unitaria se transforma en un pataleo de proporciones por parte del "ADN" concertacionista. "Quiero saludar a los presidentes de partido", dice Frei, y eso basta para que una pifiadera imparable se convierta en el hecho político de la noche. Los fantasmas de ME-O y de Pablo Halpern (quien fue el gran opositor a que la campaña de Frei fuera "tomada" por los partidos, actitud que le costó la salida del comando) parecían sobrevolar el recinto.

El llamado no se oye. Al día siguiente, Escalona y Latorre son reafirmados en sus cargos por la comisión política del PS y el consejo nacional de la DC.

El nudo ciego se aprieta, pues casi nadie -ni siquiera quienes han sonado para asumir como la generación de recambio- está dispuesto a asumir el desafío en este momento.

"Con muy pocos días para la segunda vuelta, introducir el descabezamiento de los partidos, con todos los conflictos y desgarros que una cosa así produciría, es un despropósito", asegura el hombre de la franja, Eugenio Tironi. Los diputados Marcelo Díaz y Fulvio Rossi, quienes han sonado para reemplazar a Escalona, coinciden que "debe haber un compromiso de renovación", pero que rodar cabezas hoy es un debate que los consumiría antes del balotaje. El electo senador Ignacio Walker, quien compitió contra la actual directiva DC, asegura que es el momento de "cerrar filas con Frei, Bachelet y Juan Carlos Latorre".

El propio Escalona reconoció el viernes estar dispuesto a un diálogo con ME-O, donde no cerrará la puerta a ninguna propuesta, pero exige que sea sin condiciones.

En los argumentos hay algo inconfesado: nadie parece querer mover sus fichas hasta no saber si Frei será derrotado o no.

El dilema de Frei

El presidenciable, en tanto, no puede obligar a los partidos a cumplir la condición de ME-O. El nuevo comando, que se instaló tras la caída de Halpern -quien ya volvió a Washington- está gobernado por quienes representan a los "principales accionistas" de la Concertación: Enrique Correa, Juan Carvajal, Carolina Tohá, Gutenberg Martínez, Mahmud Aleuy, Jorge Pizarro y Ricardo Solari. Y son los mismos por quienes ME-O ha mostrado su desprecio.

Así, Frei deberá buscar otro plan para seducir a ese 70% de electores "marquistas" que necesita.

Nudodel dilemaEsta fotografía de Frei con los presidentes de partidos causó la molestia de Halpern en agosto. Pero tras el arribo de éstos al comando, él quedó fuera. La pifiadera que recibieron el miércoles no bastó y hoy se mantienen en sus cargos.

POR EQUIPO DE REPORTAJES – BLOGs EMOL
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