El presidente cubano, general Raúl Castro, clausuró este domingo la segunda y última sesión de la Asamblea Nacional en 2009 con un discurso que se centró en las relaciones con EEUU y los problemas y perspectivas de la economía de la isla.
Tras denunciar un incremento de las políticas de Washington contra el régimen cubano, Castro reiteró su oferta de "diálogo respetuoso" con el gobierno de Barack Obama y "la sincera voluntad de Cuba de solucionar definitivamente el diferendo" bilateral.
Resaltó que, tras un año de mandato, la administración Obama ignora los reclamos dentro y fuera de su país por un cambio de política hacia la isla, y dijo que el "enemigo está tan activo como siempre" y "crece el aliento a la subversión abierta y encubierta contra Cuba".
Como ejemplo, mencionó el caso de un estadounidense que fue detenido en la isla el pasado 5 de diciembre, supuestamente por haber distribuido ordenadores portátiles, móviles, y otros equipos tecnológicos, y sobre el cual el gobierno cubano no había hecho ninguna mención oficial hasta ahora. La única información sobre el caso fue suministrada esta semana por el Departamento de Estado en Washington, que afirma haber pedido reiteradamente a las autoridades cubanas que le permita acceso consular al detenido, cuyo nombre no se ha revelado.
Según Castro, ese ciudadano norteamericano fue denominado "eufemísticamente" por Estados Unidos como un "contratista" del gobierno, y dijo que se dedicaba al "abastecimiento ilegal con sofisticados medios de comunicación vía satélite a agrupaciones de la 'sociedad civil'" que ese país aspira a conformar en contra del pueblo cubano.
La empobrecida economía de la isla fue otro de los temas a los que dedicó más atención, al advertir que el 2010 será aún más año "difícil" y en el que no está dispuesto a correr riesgos de "improvisación y apresuramiento" introduciendo cambios.
"Tengo conciencia de las expectativas y honestas preocupaciones, expresadas por los diputados y los ciudadanos en cuanto a la velocidad y profundidad de los cambios que tenemos que introducir en el funcionamiento de la economía, en aras del fortalecimiento de nuestra sociedad socialista", afirmó.
No obstante, dijo que "se avanza con un enfoque integral" en la "actualización del modelo económico cubano", pero "no puede haber espacio a los riesgos de la improvisación y el apresuramiento".
En ese sentido, dijo que la producción de alimentos y el empleo serán algunas de las principales directrices de su
gobierno en 2010, y anunció que al cierre de este año se han reducido en más de un tercio las retenciones de pagos a los socios comerciales de la isla. Aseguró que se continuarán pagando "hasta el último centavo de los compromisos asumidos", a lo que contribuirán negociaciones en curso para reprogramar el pago de la deuda con los acreedores.
El mandatario cubano se refirió además a la intención de su gobierno de "elevar la representatividad de la composición étnica y de género" de la población cubana en los cargos de dirección. En su opinión, es "una vergüenza el insuficiente avance en esta materia en 50 años de revolución" y prometió ejercer toda su influencia para suprimir esos "nocivos prejuicios" contra mujeres y los negros.
Fuente: Infolatam.
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