Leopoldo Abadía llevaba una vida silenciosa de jubilado en un pequeño pueblo catalán hasta que comenzó la crisis financiera. Intrigado por lo que ocurría decidió escribir un mail explicativo para sus conocidos. Lo tituló "la crisis Ninja". El correo se expandió a toda velocidad por la red y se convirtió en un hit. Hoy, Abadía, de 75 años, da charlas en universidades, es invitado a la TV y la radio y lo citan autoridades de todo el mundo. Qué Pasa habló con él en España.
El ex presidente del Banco Central de España y uno de los actuales directores del FMI, Jaime Caruana, recientemente reconoció en público lo que muchas otras autoridades económicas sólo se atreven a decir en privado: que los instrumentos financieros han adquirido "estructuras cada vez más complejas y difíciles de entender", y que, por eso, su expansión ha sido descontrolada y peligrosa.
Caruana no es el único en ponderar el papel que juega la ignorancia en la veloz propagación de la mala coyuntura económica. Hace pocos días, durante una visita a Madrid, el actual presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, lanzó la siguiente recomendación a los inversionistas: "Aconsejo no tomar decisiones de algo que no se comprende".
Si personalidades como ésas tienen dificultades para dimensionar los alcances de esta depresión y para conocer los nuevos productos derivados y colaterizados, y no son capaces de explicar a dónde fue a parar el dinero invertido en las hipotecas subprime que fueron securitizadas o titulizadas, pues más difícil lo tiene el resto de los mortales que se las apaña con dificultad para traducir del inglés al castellano lo que son las agencias de rating, los benchmarks y las tranches.
Es por eso que en España se ha convertido en todo un fenómeno el blog "La Crisis Ninja", de Leopoldo Abadía, un ex profesor de Política de Empresa de la Escuela de Negocios IESE de la Universidad de Navarra. Su trabajo ha sido considerado "la mejor explicación en castellano de la crisis financiera internacional". Por simple, precisa, concreta, irónica y hasta graciosa.
La historia de este elegante académico jubilado que pasaba las mañanas tomando café y leyendo la prensa española e internacional en su pueblo de San Quirico de Safaja, a 48 kilómetros de Barcelona, cambió abruptamente en apenas seis meses. Abadía, "un chaval de 75 años", como el mismo se describe, es ingeniero industrial, no economista, y como tal empezó a escribir -en papel- memorandos y comentarios sobre lo que leía sobre la crisis en el diario catalán "La Vanguardia", el periódico económico "Expansión" y la revista norteamericana "Time".
Con sus apuntes, redactó la cronología de la crisis, situando su origen en el 2001. Ese año explotó la burbuja de internet y la Reserva Federal de Estados Unidos decidió bajar las tasas de interés para estimular la economía. Sin saberlo ni preverlo, el banco central norteamericano empezó a activar otro mercado, que se volvió imparable: el inmobiliario. Entonces aparecieron en escena los malos de esta película, los ninjas, los verdaderos culpables de que Europa, Japón y Estados Unidos estén entrando simultáneamente en recesión y afronten la debacle más severa desde la Gran Depresión de 1929.
Como lo dice este acrónimo en inglés, las personas ninjas ("no income, no job, no assets"), no tenían ingresos ni trabajo ni dinero, pero, por el exceso de liquidez que había en ese momento y la falta de regulaciones más estrictas, tuvieron acceso a créditos que hasta ese momento no estaban a su alcance, a cambio de tasas de interés draconianas, que se volverían impagables si todo se estropeaba.
¿A quién le preocupaba esta posibilidad entonces? A muy pocos, como explica Abadía: "Llenos de entusiasmo, los bancos decidieron conceder créditos hipotecarios por un valor superior al valor de la casa que compraba el ninja, porque, con el citado boom inmobiliario, esa casa, en pocos meses, valdría más que la cantidad dada en préstamo... Ese planteamiento fue bueno durante algunos años: los ninjas iban pagando los plazos de la hipoteca y, además, como les habían dado más dinero del que valía su casa, se habían comprado un coche, habían hecho reformas y se habían ido de vacaciones con la familia. Todo ello, seguramente, a plazos, con el dinero de más que habían cobrado y, en algún caso, con lo que les pagaban en algún empleo o chapuza que habían conseguido".
El negocio se basaba en dos supuestos: que los ninjas pagarían sus hipotecas y que el mercado inmobiliario seguiría boyante. En apariencia, funcionó perfectamente, hasta que, como diría Hemingway, quebró de dos maneras: "Primero poco a poco, y luego de repente".
Abadía.com
Abadía estudió en Harvard Business School y enseñó durante 31 años en el IESE, hasta que dejó su cátedra en 1993. A principios de este 2008, su mayor ocupación era dirigir su empresa, Sonnenfeld, y visitar regularmente a alguno de los 35 nietos que le han dado sus 12 hijos. Con eso, sentía que ya hacía bastante.
Un domingo del pasado enero, sin embargo, decidió pasar al computador sus hojas manuscritas sobre la situación económica. Como buen ingeniero, ordenó sus apuntes cronológicamente y detalló todo lo que había leído. Sólo escribió lo que entendía. Añadió anexos y diccionarios, y tradujo del inglés los tecnicismos más ininteligibles. Para hacer más didáctica su explicación, se inventó un pequeño banco -la Caja de Ahorros de San Quirico, "una institución seria"-, donde los escasos y bucólicos vecinos ingresaban sus depósitos y sus ahorros con toda confianza, sin sospechar que, esa misma tarde, su dinero pasaba a engrosar los bolsillos insolventes de los ninjas americanos. Abadía redactó su documento con gracia, humor e ironía. Como los autores del libro ¿Quién se llevó mi queso?, recurrió a constantes metáforas y analogías, para poner las cosas en perspectiva: "El Crack del 29, comparado con esto, es un juego de niñas en el patio de recreo de un convento de monjas".
Esa misma tarde invernal de enero, Abadía envió sus apuntes a sus empleados, por correo electrónico. Las copias no tenían ni su firma. Uno de los receptores la reenvió a su grupo de amigos. Al cabo de pocos días, "La crisis ninja" circulaba profusamente por internet. Nadie conocía a su autor... y éste ni siquiera se enteraba.
No pasó mucho antes de que su hijo Fernando recibiera el e-mail de vuelta, con una elogiosa recomendación: "¡Léelo cuanto antes!".
Un bloguero español muy popular, Nacho Giral, subió el texto a su propia bitácora digital y ese día recibió 7 mil visitas. Un récord. El debate se encendió de inmediato y los comentarios superaron las cien páginas. Al enterarse, Fernando le pidió a Giral que añadiera el nombre de su padre en el texto, quien seguía en el anonimato. Aquel accedió. El nombre de Abadía salió entonces de las penumbras. Periodistas, tertulianos y columnistas de los medios más variopintos le dieron las gracias públicamente por explicar la crisis completa, tan sencillamente. Su escrito ha sido citado hasta por el ex ministro mexicano de Relaciones Exteriores Jorge Castañeda, quien publica sus columnas en varios periódicos españoles y latinoamericanos.
Aprovechando "el tirón", otro de los hijos, Gonzalo, decidió introducir a Abadía en el universo cibernético y creó la página web www.leopoldoabadia.com. También subió a YouTube las entrevistas concedidas a los programas más populares de la televisión abierta. El sitio en internet ya ha recibido más de un millón y medio de visitas desde todos los rincones imaginables.
"Estúpidos que no han entendido nada"
En estos precisos instantes, Abadía disfruta sus 15 minutos de fama y realiza una gira académica por España, dictando conferencias en escuelas de negocios. "Qué Pasa" conversó con él durante una charla con estudiantes de la Universidad de Navarra, en Pamplona. Allí, este maestro que se transformó en celebridad gracias a los caprichos de internet, lamentó que muchas autoridades sigan sin entender, por negligencia, lo que está pasando: "Es cierto que hemos visto muchos irresponsables y sinvergüenzas, pero yo creo que han abundado más los estúpidos que salen en las primeras planas de los periódicos y que no han entendido nada de lo que han comprado ni de lo que han vendido. O no leen los periódicos o no saben explicar las cosas. Por eso mi consejo es: asegúrese de entender a su banco y que él le entienda a usted. Si no se comprendan mutuamente, llévese su dinero a otro sitio".
Con su estilo campechano y casi coloquial, añade: "Cuando me preguntan si esta crisis es más o menos grave que la Gran Depresión, digo lo siguiente: cuando en 1929 quebró la Bolsa de Nueva York, ¿cuántos de mi pueblo tenían acciones ahí? Pues ninguno. Hoy, en cambio, ¿cuántos tienen hipotecas? Pues todos".
¿Y quién tiene la culpa de este estropicio? "Los ninjas, por supuesto. En ellos está el pecado original de este crack", dice este ingeniero que explica la economía como nadie: "La crisis nació cuando se le prestó dinero a unos tipos a los que usted mismo no les daría ni un duro porque sabe que no se lo van a devolver… Más encima, los bancos hicieron negocios con ellos y crearon un mercado absolutamente insolvente. La culpa la tienen ellos: los bancos y los ninjas. Ahora nos estamos empobreciendo y en el futuro lo pasaremos peor, porque hay que dar por perdidos el 2008 y el 2009, y ya veremos cómo estamos en el 2010".
Pues para aclararse sobre lo que pasará en el 2010, bien valdría la pena seguir visitando el blog de Leopoldo Abadía. La bitácora se actualiza constantemente e incluso tiene un canal que se llama "el viajero ninja", donde cual diario de vida, Abadía comenta sobre sus giras. Además, aparecen sus innumerables entrevistas, las que ha dado y las que dará. El autor, a modo de declaración de principios, explica de qué se trata su página web: "Este es un diccionario de vocablos que empecé hace algunos años y que está hecho sin ningún criterio. A mí me ha servido cuando lo utilizaba para mi uso personal. Es simplemente un divertimento que tengo. Es dinámico porque voy añadiendo cosas que encuentro o elimino otras porque las entiendo mejor de otra manera o porque veo que estaba equivocado. Un abrazo muy fuerte para todos, LAP".
Lo que dice el famoso comentario
Así parte el documento "la Crisis Ninja". Estos son los primeros 7 puntos. Ya va en 122 comentarios. Su último posteo es del 6 de noviembre pasado.
"Crisis Ninja
Antes la llamaba "Crisis 2007-2008", pero como no sé cuánto va a durar, le he cambiado de nombre.
1. 2001. Explosión de la burbuja Internet.
2. La Reserva Federal de Estados Unidos baja en dos años el precio del dinero del 6.5 % al 1 %.
3. Esto dopa un mercado que empezaba a despegar: el mercado inmobiliario.
4. En 10 años, el precio real de las viviendas se multiplica por dos en Estados Unidos.
5. Durante años, los tipos de interés vigentes en los mercados financieros internacionales han sido excepcionalmente bajos.
6. Esto ha hecho que los bancos hayan visto que el negocio se les hacía más pequeño:
-Daban préstamos a un bajo interés
-Pagaban algo por los depósitos de los clientes (cero si el depósito está en cuenta corriente y, si además, cobran Comisión de Mantenimiento, pagaban "menos algo").
Pero, con todo, el Margen de Intermediación ("a" menos "b") decrecía
7. A alguien, entonces, en América, se le ocurrió que los bancos tenían que hacer dos cosas:
Dar préstamos más arriesgados, por los que podrían cobrar más intereses
Compensar el bajo Margen aumentando el número de operaciones (1000 x poco es más que 100 x poco)"
Por Ricardo Leiva desde Navarra – Revista Que pasa?.
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