83% pide terminar con diferencias salariales y 46% dice que VIF es problema principal.
Sienten que han ganado espacios. Pero basta que salgan al mundo del trabajo para que el machismo aparezca en gloria y majestad. De hecho, un 92% se siente discriminada en ese ámbito. Ser protegidas de la violencia intrafamiliar y sancionar la agresión en el pololeo, también están en su lista de exigencias.
Según el último informe del Foro Económico Mundial sobre equidad de género, nuestro país subió 21 puestos respecto del año pasado (al lugar 65 entre 130), gracias a la mayor participación de las mujeres en política. Sin embargo, el talón de Aquiles del desarrollo económico chileno sigue estando en el área de la igualdad de oportunidades ligadas al trabajo.
Allí el país se ubica entre los peores del planeta (106) y según el reporte, de no cambiar eso, el salto al desarrollo demorará más de lo presupuestado.
No es el primer ni el último informe que da cuenta del tema. Y es que en Chile la ecuación entre igualdad, trabajo y familia no calza. No al menos para las mujeres.
La Quinta Encuesta Nacional "Percepciones de mujeres sobre su situación y condiciones de vida en Chile 2008" elaborada por la Corporación Humanas, da cuenta de las contradicciones y tironeos de la población fememina para conciliar estos intereses, así como de los derechos que exigen les sean respetados de una buena vez.
Trabajo y violencia
El 66% sitúa la "independencia económica" (53%) y la "realización en su trabajo" (13%) como los elementos más importantes en su proyecto de vida. Tener hijos y dedicarse prioritariamente a sus familias sólo fue nombrado por un 25% de las encuestadas.
De allí que sea considerado "urgente" por el 83% de las encuestadas que se igualen los sueldos de hombres y mujeres que realizan igual trabajo y que se ponga fin a la discriminación en el ámbito laboral considerado por el 92% como el lugar donde más se les segrega.
Otro tema relevante para las chilenas es la violencia intrafamiliar. No por nada es considerado el principal problema que afecta a la población femenina (43%). Un 56%, en tanto, considera que la situación ha empeorado o se ha mantenido igual en el último tiempo, un 33% dice que estar protegida de ella es el principal derecho femenino y un 81% que la violencia en el pololeo debe ser sancionada.
Brecha salarial ¿cuándo?
El proyecto de ley que busca eliminar la brecha salarial entre hombres y mujeres está detenido en el Congreso a pesar de la urgencia puesta por el Ejecutivo. Un tema no menor cuando el FMI pone el acento en este punto y las encuestadas por Humanas son mujeres mayores de 18 años inscritas en los registros electorales.
No sólo el sueldo es tema. También conciliar las tareas domésticas con las laborales. Porque un 56% de las mujeres creen que las condiciones para lograrlo no han cambiado y un 12% cree que ha empeorado. Más dramático es que el 70% está de acuerdo con la frase "la maternidad resta oportunidades laborales a las mujeres" y un 67% cree que cuando trabaja fuera del hogar hijos e hijas resultan perjudicados.
Carolina Carreras, vicepresidenta de Corporación Humanas explica que esta percepción se explica porque las tareas domésticas y de cuidado de los hijos siguen siendo de responsabilidad de las mujeres. Al preguntar quien es el responsable de éstas, más del 78% dice que ellas.
Corresponsabilidad
De allí que Carreras promueva la corresponsabilidad entre hombres y mujeres. Un tema escasamente tratado a nivel país. "Necesitamos tomar medidas que permitan la corresponsabilidad no sólo en el ámbito cultural o de lo privado, es decir en el acuerdo de una pareja. Para que éste se provoque son necesarias medidas que garanticen que se concrete. Una de ellas, es la sala cuna para los trabajadores hombres".
La experta explica que con ella se asegura compartir el cuidado de los hijos y liberar las presiones para el empleo femenino. Lo mismo sucede con distribuir el cuidado en caso de enfermedades del hijo.
"En Chile seguimos atrasados respecto de Latinoamérica. Tenemos sólo un 39% de ingreso de mujeres al mercado laboral y además determinado por las condiciones laborales y las posibilidades de conciliar el trabajo doméstico no remunerado con el remunerado", dicen en Humanas.
Por Nancy Arancibia
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