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Santiago, 28 de Octubre de 2008
Sres. y Sras.
Miembros del Consejo Nacional del Partido Demócrata Cristiano
Presente.
Estimados camaradas:
Desde el domingo 26 del mes en curso, he estado analizando los resultados de la elección municipal, escuchando al Comité Político Municipal conformado por los Ex -Presidentes del Partido y la Mesa Nacional. He recogido diversas opiniones y he dialogado con muchos amigos y camaradas sobre lo sucedido.
El resultado de la elección no es satisfactorio, perdimos alcaldías importantes y nuestro porcentaje en la elección municipal aunque correspondió a lo esperado, refleja una baja relevante respecto a la última elección.
A mi juicio, varios son los factores que explican lo sucedido: las dos listas de concejales, que representó el término de la máxima histórica de unidad de la coalición; la dispersión producida por la duplicación del numero de candidatos y las personas que cambiaron de bando y se pasaron a la oposición. Además es impresionante la cantidad de candidaturas paralelas, algunas de las cuales fueron respaldadas, en forma pública y ostensible por parlamentarios de la Concertación.. Análisis preliminares indican que hay alcaldías que obtuvieron menos votos que los logrados por los candidatos a concejales, lo que debe ser estudiado con mayor profundidad.
La Concertación y la DC han perdido en la elección de Alcaldes una cantidad significativa de éstos y por primera vez, la Alianza obtiene mayor votación que la Concertación. Esto se ve compensado por el diferencial de mas de 9 puntos, que se mantiene en las cifras de los concejales. Pero es un hecho que la elección deja sinsabores para el Gobierno, la Concertación y nuestro Partido.
La designación de nuestros candidatos fue plural, participativa y democrática. En nuestra Comisión de Selección estuvo presente un amplio abanico de dirigentes muy representativos del Partido, lo cual permite observar con extrañeza que algunos de los ahí activamente representados, después de la elección marquen distancia crítica con este proceso interno.
Desgraciadamente en paralelo a la campaña municipal, se cuestionaron públicamente aspectos importantes de nuestro procedimiento electoral interno, con lo cual se mostró a una DC nuevamente dividida, lo que resulta grave en tiempos de definiciones electorales municipales.
De igual modo no se contó con la presencia y colaboración de todos los miembros de la Comisión Política Municipal, sin perjuicio de lo cual debo destacar la colaboración de don Patricio Aylwin , de los Ex-Presidentes Ricardo Hormazabal, Andres Zaldívar , Alejandro Foxley , Gutenberg Martínez, el Jefe de la campaña Gonzalo Duarte y los miembros de la Mesa Nacional.
Una campaña municipal de la Democracia Cristiana, está conformada por la Presidencia del Partido, la Mesa y el Consejo Nacional, por todos los parlamentarios, por la dirigencia del Partido de todo nivel y por los candidatos que representan nuestra causa. No analizaré situaciones en particular, ni menos usaré la prensa para referirme a aquello. Ha sido una constante que mantendré como democratacristiana, que jamás responderé por la prensa descalificaciones o ataques personales. Aunque alguno no lo comprenda, si es necesario pondré cien veces la mejilla, si con ello evito dañar al PDC.
El resultado en la elección de Alcaldes debe implicar un análisis profundo en el Gobierno, en la Concertación y en el Partido. No es un tema de casos individuales, siempre algo habrá, pero a mi entender aquí hay cuestiones políticas más globales y generales.
Nuevamente la DC es la que paga buena parte de los costos en una elección nacional, y esto debe ser analizado por nosotros. Siento que estamos llegando a un límite en esta situación.
Por primera vez esta Directiva asumió con fuerza el principio de la no exclusión y por ello facilitó el acuerdo por omisión de la Concertación con el Partido Comunista. Lamentablemente lo que fue un gesto político de esta dirección, se transformó en una supuesta falta de generosidad por parte de la DC, en circunstancias, que hemos sido precisamente nosotros los que, por primera vez en estos veinte años, hemos dado este paso, para mostrar en los hechos nuestro rechazo a la exclusión.
El Partido me eligió para velar por el bien común del país, de la Concertación y de la Democracia Cristiana. Me formé en tiempos duros, donde el valor del trabajo político comunitario era y es esencial. No tengo proyectos personales y eso me hace caminar tranquila en los derroteros de la vida política y ciudadana.
En mi vida personal, profesional y política, he sido hija del rigor. Pertenezco a una familia cuyo padre, partiendo de bodeguero en una empresa, luego dirigente sindical y deportivo, llegó a desempeñar altas responsabilidades. Junto a mi madre nos enseñó a mis dos hermanas y a mí, los valores de la honradez, lealtad, compromiso con el servicio público, generosidad, solidaridad y amor a la Patria.
Soy hija de la Educación Pública (Liceo 1 y Universidad de Chile). No tengo apellidos especiales. Soy mujer, de clase media, que vive en Ñuñoa y que con esfuerzo he intentado en mi vida de estudiante, como madre, esposa, profesional y política, ser consecuente y coherente con los valores que me entregaron. Nada me ha sido regalado. He hecho parte de mi vida aquel mensaje que dice “Vive sencillamente, para que otros puedan sencillamente vivir”.
Ingresé muy niña a la Democracia Cristiana, sumándome a los 13 años a la convocatoria que el gran estadista y Presidente de Chile Eduardo Frei Montalva, nos hiciera con la Marcha de la Patria Joven. Y su llamado a trabajar por la justicia social en Chile.
Hace poco mas de 2 años, fui elegida Presidenta de la Democracia Cristiana en una elección democrática de las bases del partido. He intentado responder a esa confianza, entregándome por entero. He desplegado todos mis esfuerzos junto a las Mesas Directivas que me han acompañado, para renovar las estructuras del PDC, realizar el Congreso para el Cambio que significó un gigantesco esfuerzo de un año y medio, que hoy nos permite contar con una Carta de Navegación, entre otros logros.
Pero también como Mesa, hemos debido enfrentar momentos muy difíciles. Luego de la partida de ex camaradas, pensamos que podríamos retomar el camino de la fraternidad y el entendimiento. Lamentablemente, no ha sido así.
Queridos camaradas. Cuidemos la política y a nuestro partido. Nos castigan si ven públicamente descalificaciones o difusión de temas internos, completamente alejados del interés público. Quiero llamarlos y si es necesario suplicarles, CUIDEMOS A LA DEMOCRACIA CRISTIANA. Debemos respetarnos unos y otros. Toda la democracia interna y el debate al interior del PDC, que siempre es enriquecedor, pero tomadas las decisiones, UNA sola posición de nuestro partido. Que nos vean constructivos, propositivos, fraternos, comprometidos, aportando al debate público. Mostrando lo que fuimos capaces de construir juntos en nuestro Congreso Ideológico por El Cambio.
Camaradas del Consejo Nacional: en democracia las responsabilidades políticas no se esconden, ni se traspasan a otros. Esa es mi enseñanza y mi norma de conducta. Por ello, con el fin de viabilizar una candidatura presidencial democratacristiana para la Concertación, vengo en DESISTIR de mi postulación a esa candidatura.
Con la misma lógica y el mismo compromiso, vengo en RENUNCIAR INDECLINABLEMENTE a la Presidencia Nacional del Partido. Les solicito encarecidamente al resto de los integrantes de la Mesa Nacional, que se mantengan en sus cargos. Propongo a este Consejo Nacional, que convoque a una Junta Nacional del Partido para el 5 de Diciembre próximo, para los efectos de modificar, ajustar o ampliar la Directiva Nacional. Y si eso no fuera posible hacerlo de un modo unitario, proceder a convocar a elecciones de una nueva Directiva Nacional.. Además pido al Consejo que se suspenda la primaria interna para elegir a nuestro candidato presidencial, fijada para el 14 de Diciembre.
Me he sentido muy orgullosa de representar en estos años los ideales del Humanismo Cristiano. El paso que estoy dando lo hago por el bien de la Democracia Cristiana y para facilitar las cosas. Quiero testimoniar que estoy en política y en la Democracia Cristiana por proyectos colectivos y por ende no individuales. Agradezco a los miembros de la Mesa y del Consejo su colaboración y respaldo. Y agradezco especialmente a nuestros militantes y simpatizantes del pais entero, su afecto y compromiso tan generoso. Al recorrer todas las Regiones de Chile y una gran cantidad de Comunas. apoyando a nuestros candidatos a Alcaldes y Concejales, he recibido tantas muestras de cariño, que agradezco de corazón.
Un reconocimiento especial a todos nuestros candidatos(as) al Alcaldes y Concejales.Saludo con alegría a quienes ganaron y nuestra gratitud a quienes perdieron. y a sus equipos de trabajo, quienes contribuyeron al éxito de otros(as) y aportaron con sacrificio a la campaña municipal.
Permítanme una última licencia. Como Presidenta de la DC, me correspondió encabezar en el Salón de Honor del ex -Congreso Nacional, la ceremonia de celebración de los 50 años de nuestro partido. Allí renové nuestro juramento y prometí frente a la memoria de Gumucio, Walker,Irureta, Leighton, Palma, Orrego, Castillo, Tomic y Frei Montalva,que pertenezco a la Democracia Cristiana, que acepto sus principios, programas y Estatutos.
Allí y hoy, juro por Dios, lealtad al Partido Demócrata Cristiano. Ahora y Siempre. !
Por eso seguiré trabajando muy activamente en el Partido, con el mismo compromiso y perseverancia con que asumo mis tareas y responsabilidades.
Fraternalmente les saluda con cariño,
María Soledad Alvear V. – Senadora.
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