viernes, 19 de octubre de 2007

Los Pelucones


Se llamó, en forma despectiva, Pelucones al partido político de tendencia conservadora por la monarquía, en alusión a las pelucas que llevaba la aristocracia. Según Vicuña Mackenna, habrían sido los Carrera quienes les pusieron este apelativo a los diputados realistas e indecisos que no estaban de acuerdo a acelerar la independencia en el Congreso de 1811.Esta agrupación tiene una extensa trayectoria histórica, fueron de gran influencia para posteriores partidos de los siglos XIX y XX.No tienen una fecha de fundación exacta, puesto que antes del gobierno de Montt, los militantes eran simplemente conocidos como pelucones.

Aún sin ser una organización fundada, estaban pendientes de los intereses de la aristocracia vasco-castellana chilena.Aceptando no de muy buena gana la independencia, este grupo de gente se volvió más heterogéneo, aceptando entre sus filas a toda persona deseosa de un nuevo régimen con una continuidad del modelo político y social que se diera en la Colonia. Es decir, congregó partidarios de un gobierno autoritario, cercano a la Iglesia Católica y que la participación en cuerpos colegiados fuese privilegio para exclusivamente las grandes familias tradicionales de la capital.

Extrañamente los Pelucones se unieron a los liberales en el movimiento que derrocó a O’Higgins en 1823, puesto que a su juicio, la reciente abolición de los títulos de nobleza y el uso de sus escudos familiares era un agravio.Pero esta inestable alianza no duró mucho; al poco tiempo Pelucones y Pipiolos eran enemigos otra vez. Los Pelucones consideraban a los Pipiolos culpables de haber hundido al país en la anarquía y haber tenido práctica de libertades públicas inadecuadas para la realidad social chilena, entre 1823 y 1829, durante el período conocido después como Organización de la República.

En 1828, los Pelucones se aliaron con los O’Higginistas y estanqueros, complotando contra el gobierno Pipiolo para alcanzar el poder, participando en la Revolución de 1829.En 1858, se consolidaron bajo el nombre de Conservadores, después de que el Sr. Montt tuviese con la Iglesia Católica. Los ideales de este partido postulaban la defensa de los principios religiosos, llegando a confundirlos con los privilegios de los cuales gozaba el clero y con los intereses de la clase alta.Tocando fin el gobierno de Montt en 1861, Pelucones y Pipiolos unieron fuerzas, formando la fusión liberal-conservadora y postulando como candidato a José Joaquín Pérez, quien resultó presidente de la República electo en 1861, tras cuyo mandato le correspondió el turno a Federico Errázuriz Zañartu.Junto a los liberales, los conservadores se mantuvieron en el poder.

Mas, en cuanto a cuestiones religiosas, tuvieron algunas diferencias; se puede mencionar la creación de cementerios laicos, el matrimonio civil o la separación de la Iglesia y el Estado. Sin embargo, lo que causó que la frágil alianza se desmoronase fue la enseñanza, porque el ministro de Instrucción Pública del partido Conservador, Abdón Cifuentes Espinosa, otorgó a la Iglesia Católica la facultad de conceder títulos profesionales.Posteriormente, para las elecciones de 1886, los Conservadores mostraron como candidato a José Francisco Vergara. Su partido le solicitó que, de salir electo, diera marcha atrás a las reformas laicas del presidente liberal Domingo Santa María (1881-1886), razón por la cual Vergara renuncia a la candidatura. Sin opositor, acabó siendo elegido presidente, José Manuel Balmaceda. El Partido Conservador rechazó el gobierno de Balmaceda, lo cual constituyó la principal causa de la Guerra Civil de 1891.

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