Todos sabían quién era Fernández cuando asumió este puesto y ahora estamos pagando las consecuencias”, insistió una alta fuente de La Moneda cuando El Mostrador.cl le consultó por el voto del abogado DC, que habría determinado el fallo 5 a 4 del Tribunal Constitucional (TC) contra la distribución del método de anticoncepción de emergencia.
“Todos sabían pero lo nombraron igual, o por lo mismo”, específica uno de los senadores que dio su voto para que Mario “Peta” Fernández, ex ministro Defensa y de la secretaría general de la Presidencia de Ricardo Lagos, arribara en enero de 2006 a la mesa plenaria donde sesionan los diez ministros del TC. Fernández aún era embajador de Chile en Alemania cuando fue sondeado por el entonces presidente Lagos para incorporarse al TC. Su experiencia en derecho público, materia a la que se dedicó un tiempo cuando estuvo fuera del gobierno, junto a los lazos transversales del “Peta”, pesaron más en la decisión del mandatario de postularlo al cargo, que la alerta de sus convicciones morales.
Entre los allegados a Lagos explican que si este hubiese sabido que Fernández votaría contra la píldora no habría nombrado al abogado y destacan que el ex mandatario se mostró sorprendido con el voto “anti-píldora” de su ex ministro. “Mario es católico practicante pero no es de esos pechoños conservadores que andan pegándose con la mano en el pecho”, dice un miembro del laguismo. El personero trata de bajarle el perfil indicando que, quizá, en su decisión primó el derecho antes que los principios: “como debe ser”.
Si bien era virtualmente imposible que pudiese vaticinar un voto valórico, Lagos tuvo muestras del comportamiento de Fernández en lo relativo a criterios de moral pública, mucho antes de postularlo al TC. Tal como indicó La Tercera el domingo pasado, en 2002 cuando Fernández asumió como titular de la secretaría general de la Presidencia, el “Peta” le pidió a Lagos que lo dejara fuera de la discusión de la ley de divorcio por más que a él le tocaba llevar las relaciones con la Iglesia Católica, opositora al proyecto. “Estoy contra el divorcio, porque la Iglesia está contra el divorcio. No tengo idea de las razones teológicas, yo no soy teólogo.
Creo en todo lo que dice el cardenal. Él es mi autoridad religiosa”, confesó Fernández en enero de ese año, cuando le preguntaron por su posición en una entrevista. Sin embargo, en el Presidente primó el pragmatismo que mostró en otras ocasiones ante temas que tensionan las relaciones internas de la Concertación.
La píldora del día después es uno de ellos, como afirma otro cercano a Lagos. “La prioridad siempre fue la estabilidad política y no causar conflictos innecesarios con la DC”, agrega. Así ocurrió en 2005, cuando el subsecretario de Salud, Antonio Infante, dijo que la “pastilla de emergencia” sería entregada en los consultorios públicos a todas las mujeres que la pidieran. El enojo de Lagos fue tal que se convirtió en comentario de pasillo en La Moneda. Resultado: Infante debió renunciar por adelantar “una medida que estaba en estudio”, según el vocero de entonces y de ahora, Francisco Vidal. “Ayer nos mandamos un condoro, qué quiere que le diga”, dijo entonces a la prensa el mandatario, durante un acto de entrega de viviendas sociales en Puente Alto.
La gorra marcada en la cabeza Fernández es íntimo amigo del jefe del gabinete, Edmundo Pérez Yoma, a quien sucedió en la cartera de Defensa en el año 2000. Antes fue su subsecretario de Guerra y estrecharon lazos rápidamente. Quienes lo conocieron en el edificio del ministerio en calle Villavicencio, recuerdan a Fernández como un hombre reservado, leal y disciplinado, características que agradaron de inmediato a los altos mandos militares. Mientras estuvo en Defensa, al “Peta” le tocó enfrentar el caso de la desaparición y muerte del conscripto Pedro Soto Tapia.
Su fama de ordenado incluso traspasó las oficinas de los pisos superiores de su staff. “¿No es verdad que sus amigos le dicen que siempre anda con la gorra marcada en la cabeza?”, le preguntó a Fernández el magistrado Manuel Silva Ibáñez durante su investigación del crimen de Soto Tapia. Sin embargo, cuando Pérez Yoma lo llamó la semana pasada para intentar convencerlo de cambiar su voto de rechazo a la “píldora del día de emergencia”, se enfrentó a una negativa rotunda. El costo para Alvear “Soledad Alvear le ha hecho el quite al tema durante toda la semana”, confiesa un personero DC, asegurando que el método anticonceptivo de emergencia divide a la tienda y complica especialmente a la esposa de Gutenberg Martínez.
Con el “Peta” se conocen de sus años universitarios, cuando ambos militaban en la Juventud Demócrata Cristiana (JDC). Además, son “compadres”. Cuando Fernández dejó su cargo de embajador de Chile en Alemania a fines de 2005, Alvear estuvo ahí para apoyar a su amigo en el Senado, efectuando gestiones en la Cámara Alta para sumar el voto unánime de sus pares.
Un senador de su partido asegura ahora “estar arrepentido” de haberlo apoyado. En la misma línea se manifestó el jueves pasado el radical Nelson Ávila, quien pidió disculpas a la ciudadanía por dar su voto al nombramiento del abogado. El socialista Carlos Ominami, otro de los arrepentidos, es más duro en su juicio.
“La responsabilidad aquí es del partido Demócrata Cristiano. Mario Fernández tiene derecho a todas las convicciones religiosas que estime convenientes pero de ahí a ejercerlas desde el Tribunal Constitucional es un abuso de confianza con quienes votamos por él en el Senado. Fue un grave error poner su nombre para ser propuesto para integrar el TC”. “Fue Soledad Alvear quien lo puso ahí atendidas su lealtad y conocimientos jurídicos. La verdadera razón, sin embargo, es que lo instaló para frenar cualquier intento de liberalismo”, asegura otro parlamentario de su partido, molesto con el silencio de la senadora.
El viernes pasado, cuando ya era conocido el fallo del TC rechazando la entrega de la “píldora del día después” y el tema comenzaba a dominar la agenda, la presidenta de la DC asistió a una actividad en una sucursal de Fonasa en calle Morandé con Agustinas. Consultada al respecto, Alvear rehuyó opinar de la decisión del tribunal.
Tampoco quiso hablar del decisivo voto de Fernández. Esto, a pesar de que a fines del año 2000 la DC decidió apoyar la entrega de la anticoncepción de emergencia tras recibir el informe de una comisión de especialistas indicando que no es abortiva. Su posición fue ratificada en octubre de 2007, durante el congreso ideológico de la tienda, inaugurado por Alvear. A mediodía, la bancada DC sostendrá una reunión almuerzo en el Congreso, donde se abordará la posición del partido. Una de las materias a tratar es el costo que la decisión de Fernández podría tener para las aspiraciones presidenciales de Alvear.
Conscientes de que la entrega de la “píldora del día después” es un asunto que está en el ADN de la presidenta Bachelet, en su calidad de médico y mujer, el análisis de diputados que asistirán al encuentro es que la mandataria “no va a soltar el tema”, tratado la noche del domingo pasado en la reunión del comité político.
Allí, según uno de los asistentes a la casa de la mandataria, la presidenta fue enfática en señalar que no estaba dispuesta a una derrota que impida la entrega gratuita del método anticonceptivo entre las mujeres más pobres. A diferencia de Lagos, “a la Presidenta la tienen sin cuidado las posibles tensiones con la DC en el tema de la píldora porque es parte central de su agenda de salud”, explica otro miembro del gabinete.
“Todos sabían pero lo nombraron igual, o por lo mismo”, específica uno de los senadores que dio su voto para que Mario “Peta” Fernández, ex ministro Defensa y de la secretaría general de la Presidencia de Ricardo Lagos, arribara en enero de 2006 a la mesa plenaria donde sesionan los diez ministros del TC. Fernández aún era embajador de Chile en Alemania cuando fue sondeado por el entonces presidente Lagos para incorporarse al TC. Su experiencia en derecho público, materia a la que se dedicó un tiempo cuando estuvo fuera del gobierno, junto a los lazos transversales del “Peta”, pesaron más en la decisión del mandatario de postularlo al cargo, que la alerta de sus convicciones morales.
Entre los allegados a Lagos explican que si este hubiese sabido que Fernández votaría contra la píldora no habría nombrado al abogado y destacan que el ex mandatario se mostró sorprendido con el voto “anti-píldora” de su ex ministro. “Mario es católico practicante pero no es de esos pechoños conservadores que andan pegándose con la mano en el pecho”, dice un miembro del laguismo. El personero trata de bajarle el perfil indicando que, quizá, en su decisión primó el derecho antes que los principios: “como debe ser”.
Si bien era virtualmente imposible que pudiese vaticinar un voto valórico, Lagos tuvo muestras del comportamiento de Fernández en lo relativo a criterios de moral pública, mucho antes de postularlo al TC. Tal como indicó La Tercera el domingo pasado, en 2002 cuando Fernández asumió como titular de la secretaría general de la Presidencia, el “Peta” le pidió a Lagos que lo dejara fuera de la discusión de la ley de divorcio por más que a él le tocaba llevar las relaciones con la Iglesia Católica, opositora al proyecto. “Estoy contra el divorcio, porque la Iglesia está contra el divorcio. No tengo idea de las razones teológicas, yo no soy teólogo.
Creo en todo lo que dice el cardenal. Él es mi autoridad religiosa”, confesó Fernández en enero de ese año, cuando le preguntaron por su posición en una entrevista. Sin embargo, en el Presidente primó el pragmatismo que mostró en otras ocasiones ante temas que tensionan las relaciones internas de la Concertación.
La píldora del día después es uno de ellos, como afirma otro cercano a Lagos. “La prioridad siempre fue la estabilidad política y no causar conflictos innecesarios con la DC”, agrega. Así ocurrió en 2005, cuando el subsecretario de Salud, Antonio Infante, dijo que la “pastilla de emergencia” sería entregada en los consultorios públicos a todas las mujeres que la pidieran. El enojo de Lagos fue tal que se convirtió en comentario de pasillo en La Moneda. Resultado: Infante debió renunciar por adelantar “una medida que estaba en estudio”, según el vocero de entonces y de ahora, Francisco Vidal. “Ayer nos mandamos un condoro, qué quiere que le diga”, dijo entonces a la prensa el mandatario, durante un acto de entrega de viviendas sociales en Puente Alto.
La gorra marcada en la cabeza Fernández es íntimo amigo del jefe del gabinete, Edmundo Pérez Yoma, a quien sucedió en la cartera de Defensa en el año 2000. Antes fue su subsecretario de Guerra y estrecharon lazos rápidamente. Quienes lo conocieron en el edificio del ministerio en calle Villavicencio, recuerdan a Fernández como un hombre reservado, leal y disciplinado, características que agradaron de inmediato a los altos mandos militares. Mientras estuvo en Defensa, al “Peta” le tocó enfrentar el caso de la desaparición y muerte del conscripto Pedro Soto Tapia.
Su fama de ordenado incluso traspasó las oficinas de los pisos superiores de su staff. “¿No es verdad que sus amigos le dicen que siempre anda con la gorra marcada en la cabeza?”, le preguntó a Fernández el magistrado Manuel Silva Ibáñez durante su investigación del crimen de Soto Tapia. Sin embargo, cuando Pérez Yoma lo llamó la semana pasada para intentar convencerlo de cambiar su voto de rechazo a la “píldora del día de emergencia”, se enfrentó a una negativa rotunda. El costo para Alvear “Soledad Alvear le ha hecho el quite al tema durante toda la semana”, confiesa un personero DC, asegurando que el método anticonceptivo de emergencia divide a la tienda y complica especialmente a la esposa de Gutenberg Martínez.
Con el “Peta” se conocen de sus años universitarios, cuando ambos militaban en la Juventud Demócrata Cristiana (JDC). Además, son “compadres”. Cuando Fernández dejó su cargo de embajador de Chile en Alemania a fines de 2005, Alvear estuvo ahí para apoyar a su amigo en el Senado, efectuando gestiones en la Cámara Alta para sumar el voto unánime de sus pares.
Un senador de su partido asegura ahora “estar arrepentido” de haberlo apoyado. En la misma línea se manifestó el jueves pasado el radical Nelson Ávila, quien pidió disculpas a la ciudadanía por dar su voto al nombramiento del abogado. El socialista Carlos Ominami, otro de los arrepentidos, es más duro en su juicio.
“La responsabilidad aquí es del partido Demócrata Cristiano. Mario Fernández tiene derecho a todas las convicciones religiosas que estime convenientes pero de ahí a ejercerlas desde el Tribunal Constitucional es un abuso de confianza con quienes votamos por él en el Senado. Fue un grave error poner su nombre para ser propuesto para integrar el TC”. “Fue Soledad Alvear quien lo puso ahí atendidas su lealtad y conocimientos jurídicos. La verdadera razón, sin embargo, es que lo instaló para frenar cualquier intento de liberalismo”, asegura otro parlamentario de su partido, molesto con el silencio de la senadora.
El viernes pasado, cuando ya era conocido el fallo del TC rechazando la entrega de la “píldora del día después” y el tema comenzaba a dominar la agenda, la presidenta de la DC asistió a una actividad en una sucursal de Fonasa en calle Morandé con Agustinas. Consultada al respecto, Alvear rehuyó opinar de la decisión del tribunal.
Tampoco quiso hablar del decisivo voto de Fernández. Esto, a pesar de que a fines del año 2000 la DC decidió apoyar la entrega de la anticoncepción de emergencia tras recibir el informe de una comisión de especialistas indicando que no es abortiva. Su posición fue ratificada en octubre de 2007, durante el congreso ideológico de la tienda, inaugurado por Alvear. A mediodía, la bancada DC sostendrá una reunión almuerzo en el Congreso, donde se abordará la posición del partido. Una de las materias a tratar es el costo que la decisión de Fernández podría tener para las aspiraciones presidenciales de Alvear.
Conscientes de que la entrega de la “píldora del día después” es un asunto que está en el ADN de la presidenta Bachelet, en su calidad de médico y mujer, el análisis de diputados que asistirán al encuentro es que la mandataria “no va a soltar el tema”, tratado la noche del domingo pasado en la reunión del comité político.
Allí, según uno de los asistentes a la casa de la mandataria, la presidenta fue enfática en señalar que no estaba dispuesta a una derrota que impida la entrega gratuita del método anticonceptivo entre las mujeres más pobres. A diferencia de Lagos, “a la Presidenta la tienen sin cuidado las posibles tensiones con la DC en el tema de la píldora porque es parte central de su agenda de salud”, explica otro miembro del gabinete.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario