Luego de la aprobación de la acusación constitucional a nuestra camarada Yasna Provoste Campillay, la derecha ha salido victoriosa. Con una mayoría, mentirosa, porque hoy se sientan en el senado 16 senadores de la alianza y a su lado 4 de derecha, pero sin alianza política. Dos de ellos electos, por sus ideas y por su historia, enlazada con la democracia y la justicia social, pero con los hechos demostrados ayer, queda claro que ellos cambiaron su enfoque hacia la derecha.
Esta derecha, es la misma derecha que quería prohibirles a los chilenos la opción de tener una vida sexual más libre y segura. La misma derecha que quiere desalojar a la concertación de La Moneda, negándole el pan y el vino, a la coalición electa por el pueblo para gobernar. Esa derecha a la que no le interesa el bien común sino sus bienes materiales.
Esta es la derecha que ha perdido todas las elecciones democráticas desde el plebiscito de 1988, donde los demócratas se impusieron de forma pacífica al autoritarismo violentista. Esta es la derecha que mantiene su posición, de no investigar sino juzgar, sin siquiera tener los antecedentes jurídicos para hacerlo.
Pero esto de alguna forma nos tiene que hacer más fuertes. Necesitamos una Concertación con nuevas ideas, fraterna y disciplinada.
Fraternidad, porque en estos momentos es cuando más unidos debemos estar en torno a las personas de nuestra coalición política. Yasna Provoste no estuvo sola ayer, tuvo a sus compañeros Concertacionistas, a sus camaradas Demócratas Cristianos, a la gente de su región y a su familia a su lado. Creemos que se lo hemos hecho saber.
La fraternidad no solo la debemos practicar ahora, la tenemos que ejercer en las elecciones de centros de estudiantes, en los puestos de trabajo y en la vida en comunidad. Para demostrar que queremos una "civilización del amor" necesitamos ser un "partido del amor", como lo dijo alguna vez nuestro querido Maestro Castillo.
Para nosotros los cristianos la fraternidad y la caridad (entendida como solidaridad para mi persona), se conjugan en una palabra: amor. Sin ella no tenemos la posibilidad de volver a ser el conglomerado de "la alegría ya viene".
Necesitamos de una disciplina férrea, para no caer en el juego de la oposición. La derecha siempre ha sido buena en el juego del desalojo, y a decir verdad, nosotros nunca hemos sido buenos en esos términos. Como nos enseñó Ghandi y Luther King, la única forma de vencer la violencia, es con un método no violento, porque nosotros no tenemos el poder de los medios de comunicación ni del dinero, para enfrentarnos en esos ámbitos.
Debemos ganar en las poblaciones, en los colegios y en las universidades, con nuestra única arma, la historia y la razón. Pero la forma de hacer esto es bajo el concepto de la unión, en la historia y en el proyecto común de la concertación que tiene un fuerte acervo social y que en estos años, lo debemos reconocer, lo hemos dejado de lado y ha imperado una visión neoliberal.
Programática, porque sin ideas no tenemos por qué gobernar y de esta forma, es mucho mejor dejar el poder a la derecha. Debemos tener un congreso programático, donde potenciemos lo mejor de cada uno de nuestros partidos. Donde podamos conversar con una profunda amistad cívica, de los problemas de nuestro país y de las soluciones que les queremos proponer a los chilenos.
Pero todas estas ideas, deben ir al lado de una profunda altura moral, para aceptar nuestros errores y atacar de frente, sin importar el color del partido, la corrupción. Porque sin altura moral, no tenemos los medios justos y buenos, para gobernar de una forma justa y buena. El mismo Jacques Maritain nos dice que un "un fin bueno debe ser llevado por buenos medios", porque si importa el medio para llegar al fin.
Camaradas y compañeros de coalición, hoy nos enfrentamos a uno de los triunfos importantes de la derecha, pero debemos ser fuertes. Recordando que la única forma de volverle a dar vida a la flor, es desde la raíz, comenzando desde los cimientos políticos sociales de nuestra coalición y siempre recordando que es muy difícil que lleguemos a la meta que esperamos, pero tenemos el deber ético de dar la vida por ello.
Se Despide Fraternalmente
José Agustín Alfaro
Esta derecha, es la misma derecha que quería prohibirles a los chilenos la opción de tener una vida sexual más libre y segura. La misma derecha que quiere desalojar a la concertación de La Moneda, negándole el pan y el vino, a la coalición electa por el pueblo para gobernar. Esa derecha a la que no le interesa el bien común sino sus bienes materiales.
Esta es la derecha que ha perdido todas las elecciones democráticas desde el plebiscito de 1988, donde los demócratas se impusieron de forma pacífica al autoritarismo violentista. Esta es la derecha que mantiene su posición, de no investigar sino juzgar, sin siquiera tener los antecedentes jurídicos para hacerlo.
Pero esto de alguna forma nos tiene que hacer más fuertes. Necesitamos una Concertación con nuevas ideas, fraterna y disciplinada.
Fraternidad, porque en estos momentos es cuando más unidos debemos estar en torno a las personas de nuestra coalición política. Yasna Provoste no estuvo sola ayer, tuvo a sus compañeros Concertacionistas, a sus camaradas Demócratas Cristianos, a la gente de su región y a su familia a su lado. Creemos que se lo hemos hecho saber.
La fraternidad no solo la debemos practicar ahora, la tenemos que ejercer en las elecciones de centros de estudiantes, en los puestos de trabajo y en la vida en comunidad. Para demostrar que queremos una "civilización del amor" necesitamos ser un "partido del amor", como lo dijo alguna vez nuestro querido Maestro Castillo.
Para nosotros los cristianos la fraternidad y la caridad (entendida como solidaridad para mi persona), se conjugan en una palabra: amor. Sin ella no tenemos la posibilidad de volver a ser el conglomerado de "la alegría ya viene".
Necesitamos de una disciplina férrea, para no caer en el juego de la oposición. La derecha siempre ha sido buena en el juego del desalojo, y a decir verdad, nosotros nunca hemos sido buenos en esos términos. Como nos enseñó Ghandi y Luther King, la única forma de vencer la violencia, es con un método no violento, porque nosotros no tenemos el poder de los medios de comunicación ni del dinero, para enfrentarnos en esos ámbitos.
Debemos ganar en las poblaciones, en los colegios y en las universidades, con nuestra única arma, la historia y la razón. Pero la forma de hacer esto es bajo el concepto de la unión, en la historia y en el proyecto común de la concertación que tiene un fuerte acervo social y que en estos años, lo debemos reconocer, lo hemos dejado de lado y ha imperado una visión neoliberal.
Programática, porque sin ideas no tenemos por qué gobernar y de esta forma, es mucho mejor dejar el poder a la derecha. Debemos tener un congreso programático, donde potenciemos lo mejor de cada uno de nuestros partidos. Donde podamos conversar con una profunda amistad cívica, de los problemas de nuestro país y de las soluciones que les queremos proponer a los chilenos.
Pero todas estas ideas, deben ir al lado de una profunda altura moral, para aceptar nuestros errores y atacar de frente, sin importar el color del partido, la corrupción. Porque sin altura moral, no tenemos los medios justos y buenos, para gobernar de una forma justa y buena. El mismo Jacques Maritain nos dice que un "un fin bueno debe ser llevado por buenos medios", porque si importa el medio para llegar al fin.
Camaradas y compañeros de coalición, hoy nos enfrentamos a uno de los triunfos importantes de la derecha, pero debemos ser fuertes. Recordando que la única forma de volverle a dar vida a la flor, es desde la raíz, comenzando desde los cimientos políticos sociales de nuestra coalición y siempre recordando que es muy difícil que lleguemos a la meta que esperamos, pero tenemos el deber ético de dar la vida por ello.
Se Despide Fraternalmente
José Agustín Alfaro
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