El diputado Ascencio es así.
Pretender ser el portavoz de los militantes es de una soberbia sin dimensiones.
Pretender engañarnos con la excusa barata de que no participa en la elección para no legitimar el proceso es de una cobardía sin límites.
Reconozca, camarada Ascencio que no tiene votos para ganarle a Soledad. Sólo tiene tribuna de una prensa ávida de escándalos, campo en el que hoy está más famoso que nunca.
Cuando la sinceridad llene sus argumentaciones, usted, y otros que no han tenido el coraje de competir, pero si de argumentar, atacar y maldecir, podrán tener el reconocimiento al que aspiran.
No hable en mi nombre. Usted nunca ha estado en mi ciudad. Nunca ha estado en una reunión partidaria. No lo conozco sino por las acciones de prensa que llenan páginas y que nos avergüenzan.
Si anunció competir, compita. Las excusas son de cobardes. Yo no estoy de acuerdo con los cambulleos entre cuatro paredes. Nuestro “un militante, un voto” nos costó largas jornadas de convencimiento en cuanta Junta Nacional se nos dio la oportunidad de argumentar.
No puedo concordar con usted que el consenso arregla los problemas.
No señor, el consenso son para aquellos que quieren estar y no pueden. Los problemas se arreglan con voluntad y con respeto, algo que a algunos le ha faltado en esta hora.
El Partido tiene ahora su Directiva Nacional y a ella se le debe reconocer su mandato.
Así mandan las buenas costumbres, que en política están desapareciendo.
El desafío es ganar las elecciones municipales. Ahí quiero ver a aquellos que dicen tener y no muestran, a la fecha, nada.
Ver con cuantos alcaldes y concejales “se ponen”. A dejar los pies en la calles y convencer con nuestra doctrina. Las declaraciones rimbombantes que a nada conducen, dejémosla a otros.
Hagamos política seria. Hagamos del ejercicio político nuestra identidad. No es cierto que los acuerdos del Congreso quedarán en el olvido. No se olvide que fue esta Presidenta Nacional quien lo convocó.
No puede el odio cegar la razón.
Los invito a deponer el pesimismo y el dolor de no tener el poder partidario. Así es la democracia, así es la política.
Dejemos a otros hacer el circo, la seriedad en política es reconocida por el pueblo
.
Por ello nuestra líder está encabezando las encuestas. Por ello su reconocimiento público.
Ella, como una dama, no responde ataques; somos otros quienes la defendemos de las injurias y las bajezas.
Ricardo Andrade H.
Antofagasta
Pretender ser el portavoz de los militantes es de una soberbia sin dimensiones.
Pretender engañarnos con la excusa barata de que no participa en la elección para no legitimar el proceso es de una cobardía sin límites.
Reconozca, camarada Ascencio que no tiene votos para ganarle a Soledad. Sólo tiene tribuna de una prensa ávida de escándalos, campo en el que hoy está más famoso que nunca.
Cuando la sinceridad llene sus argumentaciones, usted, y otros que no han tenido el coraje de competir, pero si de argumentar, atacar y maldecir, podrán tener el reconocimiento al que aspiran.
No hable en mi nombre. Usted nunca ha estado en mi ciudad. Nunca ha estado en una reunión partidaria. No lo conozco sino por las acciones de prensa que llenan páginas y que nos avergüenzan.
Si anunció competir, compita. Las excusas son de cobardes. Yo no estoy de acuerdo con los cambulleos entre cuatro paredes. Nuestro “un militante, un voto” nos costó largas jornadas de convencimiento en cuanta Junta Nacional se nos dio la oportunidad de argumentar.
No puedo concordar con usted que el consenso arregla los problemas.
No señor, el consenso son para aquellos que quieren estar y no pueden. Los problemas se arreglan con voluntad y con respeto, algo que a algunos le ha faltado en esta hora.
El Partido tiene ahora su Directiva Nacional y a ella se le debe reconocer su mandato.
Así mandan las buenas costumbres, que en política están desapareciendo.
El desafío es ganar las elecciones municipales. Ahí quiero ver a aquellos que dicen tener y no muestran, a la fecha, nada.
Ver con cuantos alcaldes y concejales “se ponen”. A dejar los pies en la calles y convencer con nuestra doctrina. Las declaraciones rimbombantes que a nada conducen, dejémosla a otros.
Hagamos política seria. Hagamos del ejercicio político nuestra identidad. No es cierto que los acuerdos del Congreso quedarán en el olvido. No se olvide que fue esta Presidenta Nacional quien lo convocó.
No puede el odio cegar la razón.
Los invito a deponer el pesimismo y el dolor de no tener el poder partidario. Así es la democracia, así es la política.
Dejemos a otros hacer el circo, la seriedad en política es reconocida por el pueblo
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Por ello nuestra líder está encabezando las encuestas. Por ello su reconocimiento público.
Ella, como una dama, no responde ataques; somos otros quienes la defendemos de las injurias y las bajezas.
Ricardo Andrade H.
Antofagasta
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