"Hay una actitud básica que es fundamental si queremos una mayor justicia social: ponernos en el lugar de los más pobres", señaló Mons. Alejandro Goic, Obispo de Rancagua y Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile en el foro "El Controvertido sueldo ético", organizado por el Colegio de Ingenieros de Chile, que se realizó durante la mañana del 28 de noviembre.
En la oportunidad Mons. Goic explicó que habló de sueldo ético porque el nuestro es un país mayoritariamente cristiano, porque los que tienen otra fe, o los que no tienen ninguna, anhelan mayoritariamente un Chile mejor para todos, y porque el mensaje de Jesús es claro. "Aquella miseria que condena a los pobres al hambre, a la enfermedad, a la soledad, al llanto, no tiene su origen en Dios. Al contrario, aquello es un escándalo para Él. Dios quiere a todos saciados, felices y riendo. Los que no interesan a nadie le interesan a Dios. Los que no tienen a nadie que los defienda le tienen a Dios como Padre. El mensaje y la actuación de Jesús no significan ahora mismo el final del hambre y la miseria, pero sí una dignidad indestructible de todas las víctimas de abusos y atropellos. Todo el mundo ha de saber que son los hijos e hijas predilectos de Dios. Nunca, en ninguna parte, se construirá la vida como la quiere Dios si no es liberando a estos hombres y mujeres de la miseria", manifestó Mons. Goic y agregó que su mensaje está dirigido a la conciencia cristiana de Chile, especialmente a los que profesan la fe católica, pero también a todos quienes no comparten la misma fe pero anhelan un país más justo.
Además enfatizó en que la pobreza y la equidad han sido temas de permanente preocupación para la Iglesia, ya que nada de lo humano le es ajeno, tal como lo establece la Doctrina Social de la Iglesia: "La remuneración del trabajo debe ser tal que permita al hombre y a su familia una vida digna en el plano material, social, cultural y espiritual, teniendo presentes el puesto de trabajo y la productividad de cada uno. Así como las condiciones de la empresa y el bien común. El simple acuerdo entre el trabajador y el patrono acerca de la remuneración, no basta para calificar de justa la remuneración acordada, porque ésta no debe ser en manera alguna insuficiente para el sustento del trabajador: la justicia natural es anterior y superior a la libertad de contrato" (DSI. 302).
En este foro participaron también Roberto Fantuzzi, Ex Presidente ASEXMA-CHILE, quien expuso su preocupación respecto de las diferencias entre el salario mínimo dentro de una empresa y el máximo que recibe un gerente, ya que en Chile esa distancia puede ser de hasta cerca de 60 veces, mientras que en los países desarrollados no llega a más de 8 veces.
En la oportunidad Mons. Goic explicó que habló de sueldo ético porque el nuestro es un país mayoritariamente cristiano, porque los que tienen otra fe, o los que no tienen ninguna, anhelan mayoritariamente un Chile mejor para todos, y porque el mensaje de Jesús es claro. "Aquella miseria que condena a los pobres al hambre, a la enfermedad, a la soledad, al llanto, no tiene su origen en Dios. Al contrario, aquello es un escándalo para Él. Dios quiere a todos saciados, felices y riendo. Los que no interesan a nadie le interesan a Dios. Los que no tienen a nadie que los defienda le tienen a Dios como Padre. El mensaje y la actuación de Jesús no significan ahora mismo el final del hambre y la miseria, pero sí una dignidad indestructible de todas las víctimas de abusos y atropellos. Todo el mundo ha de saber que son los hijos e hijas predilectos de Dios. Nunca, en ninguna parte, se construirá la vida como la quiere Dios si no es liberando a estos hombres y mujeres de la miseria", manifestó Mons. Goic y agregó que su mensaje está dirigido a la conciencia cristiana de Chile, especialmente a los que profesan la fe católica, pero también a todos quienes no comparten la misma fe pero anhelan un país más justo.
Además enfatizó en que la pobreza y la equidad han sido temas de permanente preocupación para la Iglesia, ya que nada de lo humano le es ajeno, tal como lo establece la Doctrina Social de la Iglesia: "La remuneración del trabajo debe ser tal que permita al hombre y a su familia una vida digna en el plano material, social, cultural y espiritual, teniendo presentes el puesto de trabajo y la productividad de cada uno. Así como las condiciones de la empresa y el bien común. El simple acuerdo entre el trabajador y el patrono acerca de la remuneración, no basta para calificar de justa la remuneración acordada, porque ésta no debe ser en manera alguna insuficiente para el sustento del trabajador: la justicia natural es anterior y superior a la libertad de contrato" (DSI. 302).
En este foro participaron también Roberto Fantuzzi, Ex Presidente ASEXMA-CHILE, quien expuso su preocupación respecto de las diferencias entre el salario mínimo dentro de una empresa y el máximo que recibe un gerente, ya que en Chile esa distancia puede ser de hasta cerca de 60 veces, mientras que en los países desarrollados no llega a más de 8 veces.
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